El saldo de los ataques dejó a dos personas heridas del barrio de la zona oeste: una adolescente internada en estado reservado y un hombre con una herida en uno de sus tobillo
La violencia en Rosario no da ni un paso atrás y parece, sobre todo en agosto, que avanza con mayor crudeza en cada barrio rosarino. En la noche de este jueves se produjeron dos balaceras, una en el barrio Ludueña y otra en el Alberdi. En la primera, una joven de 17 permanece internada con una herida en la zona lumbar, mientras que en la segunda dejaron una nota amenazante.
En el barrio Ludueña, los tiratiros pasaron por Casilda y Magallanes con un arma automatica que, según los testigos, fue gatillada durante 200 metros lo que produjo daños en varias casas y automóviles, también hirieron a una joven de 17 años y a un hombre de 28.
La adolescente sufrió una herida en la zona lumbar y permanece internada en estado reservado en el Hospital Centenario. El muchacho recibió un disparo en el tobillo izquierdo y está en el Hospital Eva Perón.
Cabe destacar que en la misma zona, un chico de 17 años fue asesinado por sicarios que se desplazaban en moto. La víctima falleció en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez con una herida de arma de fuego en el tórax.
Más tarde, en el barrio Alberdi, más precisamente en Vila al 1200, se dio cuenta de otra balacera contra una casa de dos plantas donde viven dos familias entrelazadas. Arriba una mujer y abajo sus padres, dos jubilados. La Policía revisó el lugar y encontró 20 balas servidas y un mensaje intimidatorio.
“No tuvimos heridas», remarcó la hija y rápidamente se desligó del hecho «no tengo nada que ver. Se habrán confundido”. En tanto, la dueña de casa añadió: “Yo estaba cocinando y cuando salgo me encuentro que a mi casa la balearon pero no se por qué, porque somos gente trabajadora”.
“Hay un cartel que dice que no nos metamos con ellos, pero no se con quién. Nosotros somos gente trabajadora, no estamos nunca acá”, agregó la mujer de 70 años. A su vez, su hija aseguró que si no hubiese bajado a la casa de sus padres la hubieran matado ya que las balas llegaron hasta un espacio donde suelen estar siempre.