El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, confirmó este domingo que la revancha de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca quedó «postergada», aunque remarcó que el partido «se va a jugar en igualdad de condiciones».
La decisión, entonces, fue tomada luego del pedido oficial de Boca para no jugar el encuentro, porque varios de sus jugadores, principalmente el capitán Pablo Pérez, quedó lesionado en el ojo izquierdo y con el 40 por ciento de la visibilidad.
Domínguez convocó a los presidentes Rodolfo D´Onofrio (River) y Daniel Angelici (Boca) a la sede de Conmebol en Asunción del Paraguay para acordar cuándo se dará continuidad a la serie, que se había iniciado hace quince días con un empate 2-2 en La Bombonera.
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«Tenemos un pedido anterior del Gobierno nacional de Argentina respecto de no jugar en la semana del G20», aclaró, sin dar demasiado detalle sobre cuándo se haría la reprogramación.
De esta forma, quedaría a un lado el reclamo de la dirigencia de Boca sobre la aplicación del artículo 18 del estatuto, el mismo que recayó sobre ellos en el episodio del «gas pimienta» en 2015 y por el cual fueron «descalificados» de la competencia.
«Es una vergüenza que estemos hablando de esto por unos inadptados, no voy a sacar el foco a los hechos que han ocurrido, pero es una vergüenza la imagen que se ha mandado al mundo porque esto no es el fútbol, entendemos lo contrario, los profesionales trabajan y enseñan con sus ejemplos dentro y fuera de la cancha. Hoy nos encontramos que tenemos evaluar que hay desigualdad de condiciones, creemos que el partido, cuando entren los once de cada club tiene que ser en igualdad, que genere confianza y que no haya ninguna excusa», justificó.
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«No hay igualdad deportiva entre los dos equipos que han llegado acá porque han sido mejores que todos sus rivales», agregó. Domínguez remarcó que a Conmebol le «importa el deporte, el juego, tiene que dar las condiciones para que ambos clubes puedan jugar».
«Tenemos un hecho nuevo, tenemos reportes médicos, y como ayer ambos equipos dijeron que no querían jugar sin estar en igualdad de condiciones, tomamos esta decisión», finalizó a través de Fox Sports.
Al momento del anuncio de Domínguez, el público de River había iniciado su ingreso al estadio «Monumental, y cuando por los altoparlantes se confirmó la noticia, el abucheo fue generalizado.
El clima, sin embargo, era muy diferente a lo que ocurrió en la víspera, cuando a raíz de la agresión contra el micro del «Xeneize», al menos dos jugadores de Boca sufrieron lesiones oculares como Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo.