El diario The Sunday Times publicó hoy una serie de documentos secretos del gobierno británico que revelan que las autoridades temen un desabastecimiento de alimentos, combustible y medicinas si el país abandona la Unión Europea (UE) sin un acuerdo, un escenario que parece favorecer el flamante primer ministro.
Los documentos filtrados describen la llamada Operación Martillo Amarillo que está preparando el ministro Michael Gove, el encargado de preparar al país para un eventual Brexit sin acuerdo el 31 de octubre.
Tras la publicación Gove aclaró que se trata del peor escenario posible, pero los documentos sostienen que así sería la realidad en caso de una salida de la UE sin acuerdo.
The Sunday Times has obtained a copy of the government's classified 'Yellowhammer' report on the chaos expected after a no-deal Brexit. Find out how Whitehall is preparing for food and medicine shortages, transport disruption and civil unrest in our comprehensive coverage. pic.twitter.com/UwDmCUtsbt
— Times Politics (@timespolitics) August 17, 2019
Funcionarios citados en los documentos filtrados aseguraron que hasta un 85% de todos los camiones británicos no cumplen con los requisitos necesarios para cruzar el Canal de la Mancha y atravesar la aduana francesa, una vez que Reino Unido abandone la zona de libre comercio de la UE.
Las colas de camiones, advirtieron, podría durar varios días y afectarían el tráfico en ambas direcciones.
Esto golpearía directamente el abastecimiento en el Reino Unido de alimentos, combustible y, especialmente, medicamentos.
Alrededor del 75% de los medicamentos que ingresan al país lo hacen por esa vía, por lo que su abastecimiento «se verá especialmente vulnerado durante muchos días», sostiene uno de los documentos, citados por la agencia de noticias EFE.
En cuanto a los alimentos, las previsiones oficiales aseguran que la escasez haría subir los precios inmediatamente, lo que «afectará a los sectores más vulnerables».
Un eventual Brexit sin salida, una opción que el flamante primer ministro Boris Johnson no descarta ni rechaza, también implicaría la instalación de una frontera entre la República de Irlanda -un Estado miembro de la UE- e Irlanda del Norte, una región del Reino Unido, y endurecería los trámites migratorios entre España y la colonia británica Gibraltar en el sur europeo.