La prueba de alcoholemia al futbolista de Independiente Alan Franco dio negativo, por lo que ahora la Justicia espera determinar la velocidad a la que iban los vehículos que protagonizaron el accidente donde resultó herida una mujer embarazada de siete meses.
Según confirmaron fuentes judiciales, los exámenes determinaron que Franco, defensor de 22 años, no había consumido alcohol, pese a que la denuncia de los testigos era que dentro del vehículo que conducía había latas de cerveza.
Además, se informó que todavía no declaró ningún testigo, porque la idea del fiscal José Orlando Hernández (Fiscalía 1 del Polo Judicial de Avellaneda) es que una vez que tenga todas las pericias hechas, citará a la chica embarazada y luego determinará si imputa a alguien.
Lo que resta determinar es la velocidad a la que iban ambos vehículos, ya que si bien el paso correspondía al vehículo conducido por Alan Franco, si se desplaza a un ritmo superior al permitido podría modificarse la carátula.
El accidente se produjo en la madrugada del domingo pasado, alrededor de las 2:40, en la intersección de las calles Hernán Cortez y Ayolas, del partido bonaerense de Avellaneda. «No tomé alcohol. Tenía latas de cervezas en el baúl que estaba cerrado. Fue un obsequio de un tío que estuvo de vacaciones. Le sacaron fotos y no sé por qué dijeron estaba tomando y con amigos. Es mentira, estaba solo», explicó Alan Franco, durante la semana, en declaraciones radiales.
«Estoy un poco más tranquilo desde que me enteré que la chica está bien y su embarazo no corre peligro. Yo no iba rápido. Bajé muy asustado y lo primero que hice fue ver a la chica. Me sorprendió mucho cuando me di cuenta que estaba embarazada», agregó.
En un primer momento, el defensor de Independiente fue imputado por «lesiones culposas» -siempre se imputa al que menos lastimado resultó y luego se recaratula el hecho con las pruebas recolectadas-.
«Tengo ganas de llorar porque soy padre. Cuando le vi la pancita se me vino todo el mundo abajo, estaba mal y en shock. Ella me apretaba la mano y me decía: tengo miedo, no puedo respirar, me duele la costilla . Fue el momento más feo que viví en mi vida y no se lo deseo a nadie», continuó.