La ex presidenta brasileña Dilma Rousseff afirmó hoy que su líder político, el detenido ex mandatario Luiz Inácio Lula da SIlva, está sometido a un régimen de visitas peor que el que ella tenía durante su cautiverio en la dictadura militar durante tres años.
«Es una situación extraña la de Lula, una jueza lo mantiene aislado o en un régimen especial. Yo tengo cierta experiencia, presa durante tres años por la dictadura e incluso así recibía a parientes, amigos y abogados», dijo Rousseff.
Lo hizo en la puerta de la Superintendencia de la Policía Federal adonde fue impedida de ingresar, luego e que la jueza federal Carolina Lebbos impidiera que amigos visiten al ex presidente detenido desde el 7 de abril.
Según Rousseff, «no es posible que un ex presidente sea impedido de conversar con sus compañeros y amigos». La ex mandataria que gobernó entre 2010 y 2016 dijo que el «golpe» por el cual fue destituida mediante juicio político «continúa, con Lula preso sin cometer actos ilegales y una camarilla que tomó el poder suelta», en referencia al gobernante y su ex vicepresidente, Michel Temer.
«Esta condena contra Lula es una proscripción artificial, toda la comunidad intenracional, que considera a Lula un líder mundial, está viendo lo absurdo y mentiroso de este proceso».
Rousseff sostuvo que la Operación Lava Jato, que condenó en dos instancias a Lula por corrupción a 12 años y un mes de prisión, busca impedir la participación del ex mandatario en los comicios de octubre, para los cuales es favorito.
En ese sentido, criticó a los medios de comunicación opositores al Partido de los Trabajadores: «Hay una obsesión de los medios por el Plan B, pero algunos están queriendo poner como moneda de cambio que Lula renuncie a ser candidato a cambio de quedar libre, eso sería una vergüenza, con el pueblo queriendo llevarlo a la presidencia».