Opinion Chino

Diego no se fue, es inmortal


Por: José Odisio

Se fue Diego. El 2020 no tuvo mejor idea que coronar un año para el olvido dejándonos sin nuestro ídolo eterno. La noticia impacta, nos cuesta creerlo. Tantas veces esquivó la muerte, ¿no tenía guardada una gambeta más? Si pudo desparramar ingleses por la cancha para vengarnos de Malvinas o robarle con su otra zurda un poco de tantos que nos saca-ron siempre; si pudo jugar con un tobillo hinchado para que soñemos con ser los mejores del mundo y lo logremos; si pudo lograr que al menos en algo todos estemos del mismo lado y no haya grieta; ¿por qué nos dejó tan pronto?

No hay manera de ser objetivo con Diego. Porque no hubo ser de luz más inmenso dentro de una cancha de fútbol. Ahí fue donde nos hizo felices, donde inflamos el pecho y sentimos, al menos por unos años, que el cuento de ser los mejores del mundo era cierto. Diego fue gambeta, magia, golazos inolvidables, un placer para los ojos. Pero también fue lucha, fue pueblo, fue defensa de los que tienen menos. Fue el pibe de Fiorito que se plantó ante los poderosos y les dijo en la cara lo que todos sentíamos. Fue el que se plantó en medio del Olímpico de Roma y se puso a insultar a esos miles de italianos que silbaban nuestro himno.

Diego es nuestro, lo será siempre. Es nuestro héroe sin capa ni antifaz. Es el que nos hizo llorar de emoción como nadie, y el que nos dio las alegrías futboleras más recordadas. Diego es el relato de Víctor Hugo que nos sigue erizando la piel.

Se fue Diego. Todavía cuesta creerlo. Por momentos imaginamos que iba a ser eterno, inmortal. Pero Dios también quiso disfrutarlo un ratito. Chau D10S, gracias por tantas alegrías. Descanse en paz.