Por Emilia Ottogalli
En el último tiempo el consumo ha disminuido notablemente en el país. El promedio de gente ha tenido, incluso, que modificar sus hábitos de compra, acostumbrándose a montos pequeños y objetos puramente necesarios. Para el sector comercial esta nueva costumbre ha sido letal, por lo que muchos se vieron obligados a cerrar sus puertas. Con La Gente dialogó con Ricardo Diab, secretario de la Asociación Empresaria de Rosario, sobre la cantidad de locales vacíos que se observan en las calles.
Diab manifestó que desde la asociación enmarcan este conflicto, desde hace un tiempo, como una situación visual y no como algo estrictamente estadístico. En tanto, aseguró que “luego se corroboró, con una estadística hecha por el Observatorio Inmobiliario, que hubo un incremento sustancial en la cantidad de locales vacíos”. Además, sostuvo que esto “se había incrementado durante el último semestre”.
“Vemos locales vacíos donde antes había un negocio funcionando. Ahora son locales en alquiler”, destacó. Y en esa sintonía, estima que la situación en números viene a corroborar lo que se va notando en la zona centro y en los barrios con comercios que tienden a bajar sus persianas.
En cuanto a la demanda por comenzar con un nuevo emprendimiento, hizo referencia a que los rosarinos toman una postura cauta respecto a nuevos proyectos: “Hoy además demora el ingreso de un nuevo inquilino a los locales vacíos dado que las perspectivas económicas no son favorables. Aquel que tenía alguna intención de entrar al mercado, como algún emprendedor o similar, hoy está postergando esa decisión en virtud de las expectativas, un tanto negativas, que hay por el momento”.
Los atenuantes que ocasionan estas variaciones en la economía local son variados pero se deja en claro que quien protagoniza la escena es la baja en el consumo y que «si hay movimiento económico y ventas, lo demás se negocia o se solventa de alguna manera”. Entendiendo que la debacle en las compras tiene que ver con las decisiones económicas que se toman por parte del Estado, hoy a los comerciantes se les presenta un cóctel letal en muchos de los casos y que tiene que ver con que: “la baja del consumo coincide con la adecuación de las tarifas, la inflación y la devaluación. Todo eso hace que sea una ecuación absolutamente negativa. Todo centavo se nota en el comercio y lo transforma en inviable en muchos de los casos”.
Si hay que abordar el tema en materia estadística, el secretario de la Asociación Empresaria prefiere ser precavido dándole pie al relevamiento realizado por Nire Roldán, del Observatorio Inmobiliario, donde se establece que en los últimos tiempos la cantidad de comercios que cerraron sus puertas superan los mil.
Al ser una ciudad de grandes dimensiones, surge la duda en cuanto a si la situación se ve en la totalidad de Rosario o si hay sectores que pasan a ser, si se quiere, más vulnerables o propensos a sentir los embates del momento económica y comercial que se vive. En cuanto esto, Diab aseguró que “en los barrios se acomoda más la circunstancia”. Al ser más altos los alquileres en la zona céntrica “hace también que algunos locales se vayan corriendo zonas más periféricas en virtud de que a veces los alquileres y los costos son menores”.