Las consultas por emergencias, internaciones, operaciones y controles de enfermedades cardiovasculares disminuyeron durante 2020 y principios de 2021 debido a la pandemia
Las consultas por emergencias, internaciones, operaciones y controles de enfermedades cardiovasculares disminuyeron durante 2020 y principios de 2021 como consecuencia de la pandemia de coronavirus y, si bien se están recuperando, aún no alcanzan los niveles pre pandémicos, por lo que especialistas convocan a «retomar los cuidados del corazón», al cumplirse este miércoles 29 el Día Mundial de este órgano esencial para la vida.
«La cuarentena y el confinamiento impuestos por la pandemia de Covid-19 más el temor de la gente al contagio se tradujeron no sólo en un abandono de las consultas programadas al médico, sino que también contribuyeron al empeoramiento de algunos factores de riesgo», señaló a Télam Oscar Mendiz, director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular del Hospital Universitario Fundación Favaloro, y jefe del Departamento de Cardiología Intervencionista.
Según un relevamiento realizado por la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina y la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento (Adecra+Cedim), durante abril y mayo de 2020 disminuyeron 74% las consultas por emergencias, 73% por cirugías generales y 62% por anginas de pecho o síndromes coronarios agudos.
También se redujo 46% la cantidad de personas que ingresaron por accidentes cerebrovasculares (ACV) y 16% las prestaciones de quimioterapia y radioterapia.
«Estas estadísticas se fueron recuperando pero todavía hay algunas actividades que están por debajo si se compara con 2019; por ejemplo, en las internaciones generales», describió Mendiz, uno de los profesionales que asesoró en la página de consulta gratuita https://cuidandotucorazon.com/.
El especialista señaló que «esta disminución de consultas y llamadas al servicio de emergencia han aumentado en todo el mundo la mortalidad cardiovascular y, más aún, los pacientes que llegaron al hospital tuvieron una mortalidad mayor que los que se habían internado en igual periodo del año previo, lo que significa que llegaron tarde».
«Pero más allá de los que ya fallecieron por llegar tarde, la falta de controles de las patologías crónicas –sobre todo de las que tiene gran mortalidad como la estenosis valvular aórtica severa– seguramente van a tener impacto a largo plazo», agregó.
Mendiz advirtió que mucho más de lo que suceda con el control de los factores de riesgo, como los pacientes que aumentaron su peso, que no controlaron su hipertensión, colesterol o diabetes, «van a tener una afectación en sus órganos que no podemos todavía cuantificar, pero que sabemos que tendrá un impacto en cantidad y calidad de vida por muchos años».
En el mismo sentido, el cardiólogo Mario Boskis, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), señaló que «no hay duda que la pandemia generó un trastorno importante en nuestro estilo de vida alterando nuestras rutinas, lo que llevó en muchos casos a descuidar nuestra salud cardiovascular».
«No sólo concurrimos menos a las consultas médicas preventivas, ya sea por el aislamiento obligatorio o por el temor a contagiarse, sino también dejamos de hacer actividad física y descuidamos hábitos alimentarios», coincidió el especialista, quien advirtió que «si bien no hay datos unificados a nivel nacional, desde la SAC se estimó una caída cercana al 50% en la internación en Unidad Coronaria en hospitales públicos y privados entre el inicio de la pandemia y junio de 2020».
Boskis recordó que «la enfermedad cardiovascular en Argentina (y en el mundo) es la primera causa de muerte y produce cerca de cien mil fallecimientos anuales, de los cuales cerca del 85% son infartos de miocardio».
«No concurrir a una guardia ante la presencia de síntomas lleva a la posibilidad de que estos pacientes puedan fallecer fuera del ámbito hospitalario, lo que genera un exceso de muertes que se podrían haber evitado con la consulta», añadió.
Por su parte, Juan Furmento, jefe de Emergencias del Instituto Cardiovascular (ICBA), detalló que en relación al período prepandemia actualmente están atendiendo 10% menos de consultas en guardia.
«Sin embargo, el porcentaje de pacientes que se internan pasó del 9 al 20%, lo que indica una mayor gravedad de las consultas», precisó.
Juan Pablo Costabel, jefe de Unidad Coronaria de la misma institución, alertó que «si bien esta situación (el descenso de consultas y controles) se ha ido recomponiendo en los últimos meses, todavía no llegamos a los niveles prepandemia, lo que nos impulsa a insistir con la concientización sobre el cuidado del corazón».
Según la Federación Argentina de Cardiología (FAC), entre 2000 y 2010 se había logrado reducir un 22% la mortalidad cardiovascular en Argentina «gracias a la implementación de programas de prevención, diagnóstico con avanzadas técnicas de imagen cardíaca y un óptimo y renovado intervencionismo cardiovascular».
«Estos avances se vieron afectados por la pandemia de Covid», indicó Eduardo Perna, presidente de la FAC, y enfatizó que «los servicios de emergencia de los centros de salud están preparados para atender pacientes con la protección necesaria» y alentó a la población a no dejar de realizar una consulta por pensar que se va a contagiar.
En este sentido, Boskis también alentó a retomar controles: «Con la disminución de casos de Covid-19 en Argentina y el relajamiento de las restricciones, se vislumbra la posibilidad de entrar, con mucha cautela, a una nueva normalidad; mientras tanto, actuemos responsablemente, manteniendo las medidas de cuidado e incluyendo a nuestro corazón en ellas».
Pero más allá de volver a las consultas y controles, muchas personas también se encuentran retomando la actividad física, para lo cual Analía Aquieri, cardióloga del Departamento de Cardiología del Hospital de Clínicas, recomendó «realizar controles clínicos cardiológicos».
«Es necesario evaluar las condiciones actuales del paciente; la presencia de síntomas, si tuvo Covid-19, si toma alguna medicación», indicó Aquieri, quien aseguró que para eso «hay que pedir un electrocardiograma, ecocardiograma y una prueba de esfuerzo con o sin imágenes que nos permite evaluar la capacidad funcional del paciente».
Entre las situaciones que se presentan hoy en los consultas, Aquieri describió que «es frecuente que nuestros pacientes nos refieran palpitaciones; muchas veces este síntoma no se traduce en un problema grave de salud, pero debemos tener en cuenta que puede estar asociado a una secuela post Covid-19, e investigar mediante estudios específicos».
En 2000 la Organización Mundial de la Salud designó al 29 de septiembre como el Día Mundial del Corazón para fijar una fecha en la que difundir las enfermedades cardiovasculares, su prevención, control y tratamiento.