La comunidad jujeña comenzó a celebrar desde ayer el Día de las Almas y el homenaje a los Fieles Difuntos, una de las manifestaciones más transversales de la provincia, con gran fervor en la Quebrada y la Puna, en la que se comparte una mesa de ofrendas con los seres queridos que ya no están físicamente en este mundo.
El gobierno provincial decretó para hoy viernes asueto escolar y administrativo a fin de colaborar con las expresiones populares y religiosas que en estos días comparte gran parte de la comunidad.
«En cada casa de nuestra región y la Puna nos aferramos al sentimiento y a la creencia de que las almas vienen a visitarnos en esta fecha», explicó a Télam la hacedora cultural quebradeña Carina Paniagua.
En los parajes más alejados de los centros urbanos, los comuneros cosechan el maíz, lo muelen para convertirlo en harina y con ella realizar ofrendas con diversas formas de pan, que luego ponen en la mesa de la casa del familiar recordado.
Los panes se elaboran simulando cruces, ángeles, escaleras, palomas, coronas, imágenes de personas adultas y pequeñas, y otras que representen lo que el muerto amó en su vida, como una mascota o una guitarra.
La figura de la paloma es «infaltable» porque «ayuda a las almas a llegar al cielo»; la cruz es «el signo de todos los cristianos bautizados», y la escalera «hace alusión al elemento por donde descienden las almas», detalló Paniagua.
Las ofrendas de pan se colocan en una mesa que oficia de altar, con fondos de telas negras, y hacia lo alto se incorporan unas mantas claras que representan «el cielo», con fotografías de sus muertos queridos.
«Todos los 1 de noviembre las familias colocan la mesa llena de ofrendas porque las almas vienen a visitarnos y durante el día nosotros nos acercamos a rezar a cada una de las casas de nuestros conocidos, amigos y allegados», agregó.
Desde al menos tres días antes se comienza a preparar la chicha de maíz y de maní, para que alcance el fermento ideal y genere su propio alcohol.
Algunas familias reciben a sus difuntos nuevos -los que dejaron el mundo terrenal en el último año- con preparaciones dulces y saladas y, en algunos casos, al repartirlas entre los presentes se eligen padrinos de las ofrendas.
En la mesa también se colocan masas dulces de pan, variadas comidas, verduras y frutas en estado natural, además de hojas de coca y bebidas.
Mañana, en las primeras horas del día de los Fieles Difuntos, algunas familias empiezan a levantar el banquete preparado especialmente para recordar al ser querido ausente con la invitación de sus allegados.
En otros casos, primero llegan hasta el cementerio donde descansa el difunto, rezan, ofrecen una «chaya» y luego van a la vivienda, donde se reparten las preparaciones ofrendadas.