De realizarse, sería el séptimo "alargue". El gobierno no logró la adhesión necesaria de parte de los acreedores privados con bonos argentinos bajo legislación extranjera
El ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, trabaja intensamente este fin de semana en las negociaciones con los acreedores privados con bonos argentinos bajo legislación extranjera. Por el momento, no cuenta con la adhesión necesaria para el próximo martes y el gobierno analiza extender la negociación hasta el 28 de agosto. Se trataría del séptimo “alargue”.
Mientras Guzmán trabaja con cautela, corrían diversas versiones. Algunas indicaban que este viernes habría novedades sobre el tema, pero al parecer el anuncio será más cerca de la fecha límite del martes. Según indica el diario La Nación, el ministro de Economía había comenzado a preparar el terreno en una presentación virtual en el Atlantic Council, un “think tank” de Washington. «Estamos evaluando todas las opciones y pronto tomaremos una decisión», dijo sobre la posibilidad de una extensión.
Sin embargo, Guzmán reiteró que la oferta argentina es la definitiva: «Queremos hacer promesas que podamos cumplir». La decisión de volver a extender el plazo se habría tomado el jueves en una reunión con el presidente Alberto Fernández. «Sería la última y definitiva», indicaron desde el Ministerio en relación al tema.
Asimismo, desde la cartera recordaron que luego del 28 de agosto se hará el anuncio de los resultados y la liquidación de la operación, programada para el 4 de septiembre.
A pesar de haber dicho que este es el máximo esfuerzo que el país podía hacer, algunos bonistas alertaban que el gobierno iba a tener que volver a trabajar en la oferta. Estimaban que no alcanzarían un nivel de adhesión superior al 35% el martes próximo. Economía se había puesto un piso de 50% de participación mínima. Hasta anoche, se afirmaba que más del 90% de los locales habría ingresado sabiendo siempre que la cláusula RUFO los mantendría adentro de una posible mejora futura de la oferta.
Las centrales del exterior, en tanto, reciben las confirmaciones de los bonistas que decidan entrar al canje propuesto por el Gobierno hasta el lunes a la mañana.
Los tres grupos de acreedores que negocian en conjunto con el país (AdHoc, ACC, y Exchange) advirtieron en una carta el ministro Guzmán esta semana que habían logrado reunir el apoyo a su contraoferta conjunta como para bloquear la oferta del Gobierno, ya que lograron aglutinar detrás de su oferta a más del 50% de la deuda emitida durante el gobierno de Mauricio Macri y más del 60% de la deuda de los canjes de 2005 y 2010.
La oferta oficial otorgaba un valor presente neto (VPN) de US$53,5 centavos por dólar a quienes ingresaran voluntariamente. Quienes fueran arrastrados ganarían un poco menos. También recibirían menos intereses corridos. Los bonistas, en su contrapropuesta, estimaban que su oferta alcanzaba $55,7. La principal diferencia radicaba en la tasa de interés del bono que contemplaba los intereses corridos, según explicaron especialistas a La Nación.
El ministro de Economía volvió a repetir ayer en el think tank de la capital estadounidense que, pese a que no haya un acuerdo con los acreedores privados, es probable que comience a avanzar en un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esa posibilidad existe por una línea que tiene el organismo, pero que requiere una aprobación del board.
«Independientemente de lo que ocurra con el canje de deuda, iniciaremos una negociación con el FMI para un nuevo programa basado en una sólida estabilidad macroeconómica», dijo.