En el arranque de julio se mantiene muy bajo el nivel de adhesión de bonistas que aceptarían entrar al canje de deuda.
La complicada negociación que está llevando adelante el ministro de Economía, Martín Guzmán, sigue manteniéndose en un terreno sumamente difícil en el comienzo del mes de julio, ya que al día de hoy el grado de adhesión a la misma no superaría el 35 por ciento de los acreedores en forma global.
Así lo admitieron a Perfil fuentes del mercado cercanas a la negociación de la reestructruación de la deuda, quienes consideraron que siguen observándose profundas diferencias en cuanto a las exigencias económicas y jurídicas por parte de diversos grupos de acreedores, a pesar que algunos bonistas importantes ya habrían expresado su intención de ingresar al canje.
«Uno de los problemas más graves que se presenta en este momento en la negociación es el reaseguro jurídico que exigen muchos bonistas que no tienen confianza en la Argentina y no se quieren exponer a eventuales incumplimientos y no tener los instrumentos adecuados para actuar contra el país», resaltó una de las fuentes del mercado.
Frente a este panorama, en el Ministerio de Economía admiten que algunos grupos de bonistas quieren especular hasta último momento, para tratar de conseguir más de lo que puede aceptar el Gobierno y consideran que esas situaciones se van a seguir observando hasta el cierre del canje, el 24 de julio.
Por lo pronto, desde Economía aseguran que es factible que en los próximos días el Ejecutivo haga formal la última propuesta para la reestructuración, con las ofertas modificadas, las cuales contendrían el pago por lámina de los nuevos bonos de unos 52 centavos por cada dólar, una cifra muy cercana a lo que pretendían varios fondos externos.
En realidad, un gran porcentaje de ellos exigían como mínimo unos 56 centavos por dólar, otros unos 62 centavos, pero claramente la cifra final se acercó notablemente.
Pero el problema central en este momento pasa por la expectativa sumamente negativa que hay entre varios fondos externos acerca de las perspectivas económicas de la Argentina, en la etapa postpandemia, teniendo en cuenta que se espera una caída de la actividad para este año que oscilaría entre el 12 y el 15 por ciento, convirtiéndose en una de las economías con más derrumbe a nivel mundial en este año.
«Son varios los fondos que ven un panorama sumamente complicado para la Argentina y por lo tanto, ellos tratan de cubrirse. Son muchos los que ponen en duda que la Argentina pueda pagar los términos de la deuda reestructurada», señaló otra de las fuentes consultadas.
De todas formas, en Gobierno aseguran que están ya decididos a lanzar la propuesta y que a medida que se acerque la fecha de cierre eso será un motivo de presión para aquellos bonistas que están más inflexibles.
Sin embargo, en el mercado advirtieron que hay algunos grupos de bonistas que le pidieron a sus estudios jurídicos que tengan listas las presentaciones judiciales para los juzgados de Nueva York.