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Detuvieron a tres personas por el genocidio de Ruanda en 1994


Fueron arrestados por la policía de Bélgica y están acusados de graves violaciones a los derechos humanos

La Fiscalía Federal de Bélgica informó hoy que detuvo a tres personas de nacionalidad ruandesa por casos relacionados con el genocidio que masacró en 1994 a unas 800.000 personas, en su mayoría tutsis y hutus moderados.

Los arrestos se produjeron el martes y el miércoles en Bruselas y en la provincia de Henao y están acusados de «graves violaciones al derecho internacional humanitario», informó la emisora Radio Francia Internacional.

La Fiscalía señaló que hay al menos 40 testimonios y que el próximo martes, 6 de octubre, se legalizarán los arrestos.

Agregó que una de las personas detenidas tiene ahora un brazalete electrónico de localización mientras las otras dos se encuentran en prisión preventiva.

Por el momento no han trascendido los nombres de los sospechosos, pero el diario belga Le Vif aseguró que se trata de Pierre Bassabossé, Seraphin Twahirwa y Christophe Ndangali.

Bassabossé es un antiguo miembro de Akazu, un círculo cercano al régimen hutu liderado por Agathe Habyarimana, esposa del expresidente ruandés Juvenal Habyarimana.

También pertenecía a Akazu Felicien Kabuga, recientemente detenido en Francia.

Alrededor de 800.000 ruandeses, la inmensa mayoría de ellos tutsis y hutus moderados, fueron asesinados por extremistas hutu durante cerca de tres meses en 1994.

A día de hoy todavía se están descubriendo fosas comunes, especialmente desde que los condenados que cumplieron sus penas aportaron información sobre el lugar en el que enterraron o abandonaron a sus víctimas.

Las raíces del conflicto entre hutus y tutsis se remontan varias generaciones pero el genocidio se desató tras la muerte del presidente Juvenal Habyarimana, víctima del derribo de su avión presidencial con un misil el 6 de abril de 1994.

Tras la muerte del mandatario, la milicia Interahamwe lanzó una campaña de ejecuciones que se prolongó durante 100 días, en muchas ocasiones despedazando a sus víctimas en sus casas, en iglesias, estadios de fútbol o en barricadas.