Una investigación contra dos infantes de marina acusados de tráfico de inmigrantes indocumentados condujo ayer al arresto de otros 16 marines en la base de Camp Pendleton, en California, a unos 90 kilómetros de la frontera con México.
Los 16 militares fueron detenidos durante la formación del batallón por su presunta participación en distintas actividades ilegales, desde contrabando de personas a delitos relacionados con las drogas, informó el Cuerpo de Marines.
«Información obtenida de una investigación anterior de tráfico de personas precipitó los arrestos», precisa el comunicado.
Además, otros ocho infantes de marina fueron trasladados para ser interrogados por su presunta participación en delitos de drogas, si bien las autoridades aseguran que la investigación no está relacionada con los arrestos de este jueves.
El Cuerpo asegura que ninguno de los 16 infantes de marina arrestados formaba parte del despliegue de tropas del Departamento de Defensa en la frontera sur.
«La Primera División de la Marina está comprometida con la Justicia y el Estado de derecho, y continuaremos cooperando completamente con el Servicio de Investigación Criminal Naval (NCIS) en este asunto», señala el comunicado, agregando que «cualquier infante de marina que esté relacionado con estas supuestas actividades será interrogado y manejado en consecuencia respecto al debido proceso».
Por su parte, un portavoz de la división, Cameron Edinburgh, confirmó a Union-Tribune que los arrestos se llevaron a cabo durante la formación en el desfile de la unidad como «exhibición pública para que la unidad entera lo viera».
Dos marines acusados de transportar mexicanos indocumentados por dinero
A primeros de este mes, dos infantes de marina de la misma unidad en Camp Pendleton fueron arrestados y acusados de transportar a inmigrantes indocumentados a cambio de dinero, según publicó RT.
Byron Darnell Law II y David Javier Salazar-Quintero fueron detenidos el 3 de julio por un agente de la Patrulla Fronteriza a unos 11 kilómetros de la frontera con México. En la parte trasera de su vehículo viajaban tres inmigrantes ilegales que confirmaron al agente que eran ciudadanos mexicanos, que habían hecho arreglos para ser contrabandeados a EE.UU. y que se les había dicho por teléfono celular que subieran al auto de Law. Los indocumentados admitieron que acordaron pagar a los marines 8.000 dólares.
Según la queja federal, Law y Salazar-Quintero reconocieron ante los agentes que ya traficaron con inmigrantes indocumentados en anteriores ocasiones.