"Pelusa" Farías era una persona conocida en el centro de la ciudad capitalina, puntualmente en la peatonal, donde se dedicaba a la compra-venta de dólares
Un joven de 22 años fue detenido por el crimen de un hombre de 57 años, conocido por dedicarse a la compra-venta de dólares en la peatonal de la ciudad de Santa Fe, que fue encontrado asesinado a martillazos en un local comercial, y por cuyo homicidio habían sido apresados la novia del nuevo sospechoso y un empleado del lugar, quienes recuperaron la libertad, informaron hoy fuentes policiales y judiciales.
El acusado fue detenido luego de que ayer concurrió a la sede de la División Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) de Santa Fe, donde se presentó y consultó sobre su pareja, que había sido aprehendida junto a un compañero de trabajo, identificados por sus siglas como C.S (la mujer) y L.R (el hombre), ambos de 32 años.
Ambos sospechosos, que trabajaban como empleados en el local de ropa California Bay, ubicado sobre la peatonal San Martín al 2600 de la ciudad de Santa Fe, habían sido los primeros acusados del crimen de Carlos Alberto Farías, alias «Pelusa», de 57 años, cuyo cuerpo fue hallado dentro del comercio.
Según expresaron las fuentes a Télam, el fiscal de Homicidios Estanislao Giavedoni ordenó la liberación de ambos, mientras dispuso que el nuevo aprehendido sea trasladado el próximo martes a la sede judicial donde se llevará a cabo la audiencia de formulación de cargos.
La nueva detención se llevó a cabo luego del análisis de las cámaras de seguridad de la zona, donde se observó el momento en el que un joven con una fisonomía similar al sospechoso ingresó al local de ropa, donde permaneció unas horas y luego se retiró.
Investigadores de la PDI allanaron la vivienda del acusado, ubicada en Obispo Gelabert 2800 de la ciudad de Santa Fe, donde convivía con la joven aprehendida en un primer momento.
Allí se secuestraron prendas de vestir y elementos de interés para la causa, precisaron las fuentes.
El pedido de paradero de Farías fue denunciado el pasado miércoles por sus familiares en la Comisaría 26 del barrio Pompeya, por lo que se inició causa a cargo de la fiscal Alejandra Del Río Ayala.
El hombre vestía una chomba celeste y una bermuda de jean celeste y zapatillas, tenía pelo corto y canoso, medía 1.78 metro y pesaba cerca de 90 kilos.
Si bien aún restan ser confirmadas una serie de pericias, la investigación detectó que los últimos minutos en que se lo vio a Farías con vida fue el miércoles a media tarde, cuando estacionó su camioneta Fiat Toro en una cochera de calle 25 de Mayo, entre La Rioja y Tucumán.
Desde la cochera caminó hasta el local de ropa California Bay y desde entonces nunca más salió, según detectaron las cámaras de seguridad que los investigadores cotejaron entre el miércoles y viernes.
«Son los que se ven en grabaciones de cámaras de videovigilancia entrando y saliendo del lugar», precisaron las fuentes consultadas.
El hallazgo del cuerpo de Farías ocurrió el viernes por la tarde, cuando la Policía ingresó al local comercial, en cuyo depósito del fondo estaba cadáver del «arbolito».
La fuerza de seguridad fue advertida por un llamado telefónico que daba cuenta de mal olor en la zona donde fue en encontrado el cadáver de Farías.
A raíz de ese peritaje, policías de la División Homicidios de la Policía de Investigaciones llegaron hasta el lugar y tras revisar las instalaciones hallaron a Farías sin vida en la zona de un depósito.
El cuerpo fue hallado mientras el local comercial estaba abierto y con los empleados adentro.
Los médicos policiales constataron el fallecimiento y, de acuerdo a los primeros exámenes, habría sido asesinado a golpes, por lo que el fiscal ordenó la autopsia del cuerpo para determinar la causa de muerte, informaron fuentes del caso.
La fuerza de seguridad secuestró en el lugar un martillo, que fue enviado a peritar para determinar si fue el elemento utilizado para golpear a la víctima.
Se desconoce hasta el momento si la policía encontró el teléfono celular de «Pelusa», del cual el jueves a la madrugada habrían sido enviados mensajes extraños a sus familiares que lo intentaban localizar ante su ausencia y que sospecharon que no habían sido enviados por la víctima.
En tanto, sus familiares revelaron que cuando lo llamaban atendía la casilla de mensajes.
Dicho dispositivo sería clave para comprender a qué fue hasta ese comercio el cambista santafesino de 57 años, indicaron las fuentes.
«Pelusa» Farías era una persona conocida en el centro de la ciudad de Santa Fe, puntualmente en la peatonal, donde se dedicaba a la compra-venta de dólares, en la modalidad ilegal conocido como «arbolito».
El hombre había sido lustrabotas en la misma peatonal San Martín de la capital de la provincia, cuando ese antiguo oficio aún se ejercía.
Por esa razón, era un hombre conocido por los vecinos que circulan por esa zona, quienes lo apodaba «Pelusa», aunque algunos lo conocían como «Cepillo», por su antiguo oficio.