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Intentan desembarcar

Desde Open Arms denuncian que la situación en el barco es insostenible


Los trabajadores humanitarios que desde hace 17 días están a bordo del barco de Open Arms junto a más de un centenar de migrantes advirtieron este sábado que la situación es insostenible y sus ocupantes corren el riesgo de vivir una tragedia. Mientras tanto, esperan que Italia les permita desembarcar.

«La situación está fuera de control. Escapa a nuestra capacidad», aseguró el fundador de Open Arms, Óscar Camps en un vídeo grabado desde una lancha frente al buque rescatista de la ONG española. «A partir de hoy no nos podemos sentir responsables ni garantizar la seguridad de las 134 personas ni los 19 voluntarios de la tripulación, que están secuestrados en el Open Arms, porque ya es imposible mantener la calma. En cualquier momento se desata una acción colectiva y no podremos detenerla», advirtió, citado por le agencia de noticias EFE.

El pedido desesperado de Camps generó la reacción de la Justicia italiana, que desde el viernes investiga un presunto delito de secuestro de personas y que ordenó una inspección del buque para constatar las condiciones higiénicas y sanitarias en que se encuentran los pasajeros tras dos semanas hacinados en la cubierta. La Fiscalía de la ciudad siciliana de Agrigento dio la orden para que un grupo de médicos suba al barco a verificar la salud de esas personas, especialmente de los menores.

Después de haberse negado a permitir el desembarco en la costa de Italia, el viceprimer ministro, Matteo Salvini, anunció que permitirá solo el desembarco de menores y que lo hará en contra de su voluntad, según una carta publicada por el diario La Repubblica.

«Hago esto contra mi voluntad» y solo «porque me lo ha pedido el primer ministro», Giuseppe Conte, escribió Salvini en relación a «cerca de 30 migrantes» a los que dejará pisar tierra. El permiso de Salvini, sin embargo, no llevará alivio a los rescatistas, que en sus últimas declaraciones advirtieron que el desembarco a «cuentagotas» contribuye a empeorar el clima a bordo de la nave porque genera frustración.

El Open Arms se encuentra cerca de la isla italiana de Lampedusa. Hace dos semanas rescató a 147 personas en el mar Mediterráneo, cerca de Libia, y luego ganó una batalla legal para ingresar en aguas territoriales italianas, pese a la prohibición de Salvini, quien se aferra a una resolución que prohíbe el atraco de barcos rescatistas en los puertos italianos.

El jueves, España, Francia, Alemania, Luxemburgo, Portugal y Rumanía accedieron a recibir algunos migrantes una vez que pisen tierra. Sin embargo, la prohibición de Salvini mantiene a la mayoría de los pasajeros arriba de la nave.

El mismo día, una lancha de la Guardia Costera italiana llevó a la costa a nueve migrantes, algunos de los cuales fueron desalojados por motivos psicológicos. El viernes, otras cuatro personas fueron trasladadas por motivos de salud. A bordo del Open Arms hay personas de varias nacionalidades, entre ellos sirios, magrebíes y sudaneses que escapan de la violencia o la persecución política en sus países.