Los ministros de Educación de Nación y provincia de Buenos Aires, Jaime Perczyk y Alberto Sileoni, coincidieron en la necesidad de pensar entre todos una nueva enseñanza media
El ministro de educación, Jaime Perczyk, anticipó que este año el Gobierno convocará “a los alumnos, los profesores, las pymes, los trabajadores y la ciencia, para pensar una escuela secundaria que incluya la formación para el trabajo”.
El funcionario nacional señaló que “hay que asegurar que estas transformaciones tengan continuidad, construir un camino que sea de todos, para todos, con perspectiva de futuro, ya que se trata de políticas de Estado de largo plazo”.
También en en declaraciones radiales, el ministro bonaerense del área, Alberto Sileoni, coincidió en que “la escuela secundaria necesita un cambio más profundo. Aspiramos a que ese cambio vaya para el lado de una escuela con conocimientos básicos y, junto con esto, una fuerte carga de formación profesional”.
Se pronunció a favor de “un secundario atractivo para los sectores de muchachos y muchachas que no pueden hacer frente a un secundario extenso, por diferentes razones”.
Y en ese aspecto anticipó que “está la discusión de cuánto se pueden ´adelgazar´ algunos conocimientos generales para que se incluyan conocimientos sin degradar la educación secundaria”.
En la misma dirección, Perczyk sostuvo que “necesitamos una escuela que genere interés en los pibes, que ellos mismos generen proyectos, donde estén más tiempo, donde puedan construir sus proyectos de vida pero no sólo los educativos”.
Agregó que “se requiere en este tiempo una escuela que los escuche, ya que la escuela es un espacio en la vida muy transformador para la sociedad”.
El titular de la cartera educativa puntualizó, en ese sentido, que “hemos pensado hace dos siglos una escuela secundaria para una cosa, pero cambió el mundo, cambiaron los jóvenes y es un desafío pensar qué escuela necesita la Argentina que queremos”.
Perczyk expresó, asimismo, en el programa “Ahora o nunca: el espacio de la educación” de radio Cooperativa, que “necesitamos una escuela secundaria que no tenga mecanismos de selección, como fue durante su creación en el siglo XIX, sino condiciones de exigencia para el aprendizaje”.
Ante una consulta sobre otras prioridades del Poder Ejecutivo en el área educativa, indicó que hay que mejorar la alfabetización inicial, al igual que el aprendizaje de todas las asignaturas.
Sobre la creación de las cinco nuevas universidades públicas que están en estado embrionario, indicó que sólo dos (Tigre y Pilar) tienen estado parlamentario, mientras que las de la Cuenca del Río Salado (Cañuelas), la nacionalización de la Provincial de Ezeiza y la de las Madres de Plaza de Mayo, todavía no.
En cuanto a la vacunación, dijo que “es una medida muy importante; extrañamos el día a día, el contacto diario, el desafío de enseñar”.
“Nuestra primerísima prioridad es que, antes que empiecen las clases, el 2 de marzo próximo, los chicos y chicas entre 3 y 11 años se vayan a vacunar”, precisó Sileoni sobre el particular, si bien mostró su negativa al pase sanitario.
El próximo jueves en el CCK se llevará a cabo el encuentro del Consejo Federal de Educación y el Consejo Federal de Salud en el que terminarán de ser confeccionados los protocolos para el ciclo académico 2022, que arranca el próximo miércoles 2 de marzo.
Agujero negro
El período medio de la escuela pública, que alumbró el mitrismo a fines del siglo XIX, fue siempre el agujero negro del sistema educativo y, desde entonces, un potro arisco de domar por casi todos los gobiernos, dado que la discusión central siempre es si tiene que pavimentar el camino hacia el mundo laboral o simplemente abrir al infinito la canilla del conocimiento, como opina la mayoría de los pedagogos.
Históricamente, el secundario estatal fue de características elitistas y pensado para formar culturalmente a las clases dominantes que, luego, obtenían su graduación universitaria, hasta que irrumpió -en la primera mitad del siglo XX- primero el yrigoyenismo y después el peronismo, que llegaron para masificar ese ciclo, con peso específico propio para ingresar al mundo del trabajo.
El 73% de los estudiantes en edad secundaria del país asiste a escuelas públicas y son, según estadísticas actualizadas hasta la primera década de este siglo, un poco más de 3,6 millones en 12 provincias, con una duración de 6 años y, en otras, 12 con 5 años.
El 17,4% de los alumnos concurre a establecimientos de formación técnico profesional.
La deserción temprana (se calcula que el abandono ocurre principalmente entre primero y segundo año) sigue siendo el mayor enemigo.