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Desde Cáritas advierten que no dan abasto para cubrir demanda de ayuda alimentaria


Cada vez son más las personas que se acercan a las parroquias a pedir comida. El padre Fabián Montes relató que no siempre pueden cumplir con todos y que eso es "desesperante".

La realidad económica del país parece no mejorar y en Rosario, el índice de desocupación es el más alto de Argentina. Esto lleva a que cada vez más gente necesite de asistencia social y acuda a los comedores barriales, parroquias y copas de leche para poder acceder a un plato de comida.

Desde Cáritas advierten que los pedidos de ayuda alimentaria crecieron entre 20 y 30% en sus iglesias y que no siempre pueden cumplir con todos. En dialogo con CLG, el padre Fabián Montes, vicepresidente de Cáritas Rosario mostró su preocupación por el presente social y aseguró que «es desesperante tener que negar un plato de comida«.

«Desgraciadamente en el período de los últimos siete u ocho meses se ha visto un incremento en la demanda de las personas que se acercan a pedir ayuda. En los últimos años fue aumentando, pero desde septiembre se acentuó por el descalabro de la economía», explicó.

La mayor parte de esos pedidos pasan por la comida: «Lo más notorio es el incremento en el pedido de ayuda alimentaria en Rosario y la región. Piden porque no llegan a fin de mes o porque no les alcanza, es algo básico».

La situación es tan grave que desde Cáritas no dan abasto para cubrir todas las necesidades de la gente: «Desgraciadamente no alcanzamos a cubrir todos los pedidos. Tratamos de ayudar en todo lo que se puede, trabajamos con subsidios de la provincia y Nación y con los aportes propios, pero siempre quedan personas sin atender«.

«No es casual que estos pedidos aumenten cuando los números de desocupación son muy altos. Toda ayuda es eso, una ayuda, nadie sale de la pobreza con una asistencia. Si no se genera trabajo no hay ayuda que alcance«, subrayó.

Por último, Montes se mostró triste por la situación actual: «Que te pidan algo tan básico como un plato de comida te genera deseo de ayudar y también impotencia porque sabemos que no podemos dárselo a todos, no porque uno no quiera, sino porque no hay. Es desesperante tener que negarle un plato de comida a alguien que lo necesita. Esto tiene que redoblar la caridad y la ayuda entre todos».

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