Tanto la ateroesclerosis como el aneurisma de aorta abdominal son enfermedades cardiovasculares, que constituyen la principal causa de muerte en el mundo
La investigación desarrollada por un equipo del Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme-Conicet), del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovaculares (Cibercv) y la Universidad Autónoma de Madrid fue publicada en la revista científica Sciences Advances.
Tanto la ateroesclerosis como el aneurisma de aorta abdominal son enfermedades cardiovasculares, que constituyen la principal causa de muerte en el mundo, con alrededor de 18 millones de personas fallecidas por año, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estas dos enfermedades tienen en común que son de desarrollo «silencioso»: en la primera, la desestabilización de las placas de ateroma deriva en la formación de trombos que bloquean el flujo sanguíneo y la progresión de la segunda genera la dilatación de la aorta abdominal, lo que puede progresar en la rotura de la arteria, provocando, en la mayor parte de los casos, la muerte.
La mayoría de las drogas que se usan para tratar estas enfermedades apuntan a bajar los niveles de colesterol y otros lípidos, o a reducir la glucosa en sangre, pero una vez que estas patologías se encuentran avanzadas resultan muy difíciles de tratar.
El hallazgo de los científicos fue descubrir el rol de la proteína conocida como galectina-1 (Gal-1), que permite prevenir el desarrollo y la detección a tiempo de estas enfermedades.
Gabriel Rabinovich, investigador del Conicet en el Ibyme-Conicet, destacó que «ya existía una información del rol que cumple esta proteína en la regulación del sistema inmune y de ciertos programas vasculares. Esta función nos hizo pensar en que Gal-1 también podía jugar algún papel en la aterosclerosis pero teníamos muy poca experiencia en cardiología».
Rabinovich explicó que esto los llevó a aliarse con los investigadores españoles.
«Estudios anteriores nos dieron la pauta que la disminución de la presencia de esta proteína favorecía la formación de placas de ateroma pero no sabíamos a través de qué mecanismos; esto nos dio el indicio de que el desarrollo de aterosclerosis podría estar vinculado a la disminución de Gal-1», indicó.
Por su parte, Sebastián Maller, uno de los autores del trabajo, quien hizo su doctorado en el Ibyme entre 2014 y 2019, aseguró que, en el caso del aneurisma que avanza de manera silenciosa y sin dar advertencias, «la ausencia de la proteína podría ser una ventana para poder detectar la patología a tiempo»,
Tras efectuar esta experiencia en ratones, se concluyó que la presencia o no de Gal-1 «reduce en un 34 por ciento el área de la lesión en la aorta abdominal y también disminuye el tamaño de las placas e incluso podría evitar su rotura y las complicaciones asociadas como el infarto o el ictus», aseguró el investigador español Martín Ventura.
«Estos resultados son muy alentadores si se considera que existe un vacío en la disponibilidad de tratamientos frente a estas patologías cardiovasculares. Aunque aún falta mucho para que esto se pueda aplicar en pacientes, nuestro objetivo es que esta investigación pueda tener una continuidad terapéutica», indicó Rabinovich.
La ateroesclerosis es la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias que ocasiona la obstrucción de la irrigación sanguínea. Las placas pueden desprenderse y provocar la oclusión aguda de la arteria mediante un coágulo.
Esta enfermedad no presenta síntomas, hasta que la placa se desprende o la acumulación es lo suficientemente grave como para obstruir la irrigación sanguínea, por lo que los médicos recomiendan una dieta saludable y ejercicio y los tratamientos incluyen medicamentos y procedimientos para abrir las arterias obstruidas.
Entre los factores de riesgo, se destacan fumar, los altos niveles de colesterol y triglicéridos, la hipertensión arterial, la obesidad y el sedentarismo, y si no se realiza un tratamiento precoz puede convertirse en factor de riesgo de ataques cardíacos o de accidentes cerebrovasculares.
En el caso del aneurisma de aorta abdominal se trata de un ensanchamiento de la aorta, el vaso sanguíneo principal que suministra sangre al cuerpo a nivel del abdomen.
Puede ser mortal en el caso de una ruptura y es más común en hombres de edad avanzada y fumadores.
Como señal de ruptura inminente aparecen molestias cerca del ombligo, dolor en la espalda, el vientre o los costados, mientras que dejar de fumar puede ralentizar el crecimiento.