Una bola de fuego que hace cinco años iluminó el cielo sobre el Pacífico Sur pudo tratarse del primer meteorito de origen interestelar jamás detectado, según un nuevo estudio de dos investigadores de la Universidad de Harvard (EE.UU.).
La investigación, enviada a la revista The Astrophysical Journal Letters y disponible en arXiv.org, fue realizada por el profesor Avi Loeb, director del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, y su estudiante Amir Siraj, autor principal del estudio, publicó Russia Today.
El meteorito
Los científicos han analizado datos que abarcan 30 años en el catálogo del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra, que documenta fenómenos meteorológicos detectados por sensores del Gobierno de EE.UU. En su búsqueda, se enfocaron en los meteoros más rápidos, pues una velocidad alta sugiere que el objeto puede no estar atado gravitacionalmente al Sol y, por lo tanto, proceder de fuera del Sistema Solar.
Los investigadores identificaron un meteoro de aproximadamente 0,9 metros de ancho detectado el 8 de enero de 2014 a una altura de 18,7 kilómetros sobre un punto cercano a la isla Manus de Papúa Nueva Guinea, en el Pacífico sur.
La alta velocidad del objeto cósmico —alrededor de 216.000 kilómetros por hora— así como su trayectoria, sugieren que se trató de un objeto interestelar, que, probablemente, llegó desde el interior profundo de un sistema planetario o de una estrella en el disco de la Vía Láctea. El estudio estima también que estos objetos ingresan en la atmósfera de la Tierra cada diez años aproximadamente.
¿Transportador de la vida?
Entre las implicaciones más fascinantes del hallazgo, Loeb destaca que, en teoría, los objetos interestelares podrían transportar vida entre las estrellas. «En principio, la vida podría sobrevivir en el núcleo de una roca», afirmó el científico en declaraciones a la CNN.
Loeb es conocido por sus polémicas ideas sobre el asteroide Oumuamua, el primer objeto interestelar detectado en nuestro Sistema Solar. El astrónomo insiste en que este cuerpo cósmico, descubierto en Hawái en 2017, podría ser una sonda dirigida «por seres inteligentes».