La asociación italiana Rete l’Abuso de víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos denunció hoy en Roma que en Italia hubo 300 casos de curas denunciados por abusar de menores en los últimos quince años.
El presidente de esta asociación Francesco Zanardi dijo en un encuentro con la prensa extranjera en Roma que de los 300 casos, solo entre 150 y 170 curas fueron condenados de forma definitiva en el país.
Matthias Katsch, víctima de abusos y fundador de la asociación Eckiger Tisch, cifró «entre un 5 % y un 7 % de sacerdotes los que son pederastas» y afirmó que casos de abusos a menores por parte de religiosos se relevaron en muchos países, pero no en Italia, lo que no significa que «haya razones para pensar que esto no existe».
Zanardi nombró además cuatro casos recientes de sacerdotes presuntamente pederastas y que, según dijo, eran conocidos por el papa Francisco, según consignó la agencia Efe.
«El balance que hacemos del pontificado Francisco es desastroso. Vemos que está siendo atacado en distintos países. En Italia hay cuatro casos que han pasado todos por sus manos. Vemos que el papa habla de tolerancia cero, pero que luego esta tolerancia cero no se aplica», criticó.
Además, condenó el silencio que impera en Italia sobre esta cuestión y el desinterés de los medios para investigar casos de abusos por parte de sacerdotes, de acuerdo a su punto de vista.
«En Italia no creo que tengamos un caso ‘Spotlight’, o si lo hay lo veo muy lejano», subrayó, en referencia a la película que recrea la investigación de unos periodistas que destaparon los abusos de sacerdotes católicos en Boston.
Zanardi condenó que sea la Iglesia católica y no las autoridades judiciales de los distintos países, la que gestione los escándalos de abusos porque, apuntó, no acaban siendo juzgados, sino tapados para evitar que su imagen se vea enturbiada.
«¿Por qué a Iglesia (católica) tiene que gestionar los delitos de pederastia? Deberían ser gestionados y juzgados por la magistratura de los países en los que se cometen», valoró.
Por su parte, Katsch deseó que la Iglesia católica abra un debate amplió en su seno para estudiar realmente cómo hacer de ella «un lugar seguro para los niños».