CLG dialogó con Julia Bonifacio, titular de la Oficina Municipal de Defensa al Consumidor de Rosario, que contó cómo abordar los intentos de "phishing"
En las últimas horas circuló por WhatsApp una estafa con la imagen de Mercado Libre. «El sorteo que está circulando por WhatsApp por el aniversario de nuestra compañía es falso (…) Nuestro equipo especializado ya está avanzando con la denuncia», advirtió la firma a través de su cuenta de Twitter (@ML_Ayuda). Una práctica ilegal que se hizo frecuente en los últimos años y que creció con la pandemia del coronavirus, llamada phishing. En estos tiempos, este tipo de engaños aumentó decididamente y es por eso que se insiste en alertar a la sociedad. CLG dialogó con Julia Bonifacio, titular de Oficina Municipal de Defensa al Consumidor de Rosario, que habló sobre el incremento de este tipo de ciberdelitos en los últimos meses.
El término «phishing» es el que se ajusta a este tipo de engaños. Según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, el phishing es la suplantación de identidad y es una técnica de ingeniería social que usan los ciberdelincuentes para obtener información confidencial de los usuarios de forma fraudulenta y así apropiarse de su identidad. Es decir que los ciberdelincuentes envían emails o cadenas como la mencionada con la intención de «pescar» usuarios que, sin saberlo, entreguen contraseñas y datos personales valiosos para realizar compras, extraer dinero o solicitar créditos.
Comúnmente buscan contraseñas de homebanking o bancos virtuales, números de tarjetas de crédito, DNI, Cuit o Cuil, nombres de usuarios completos, códigos PIN o Token.
«Hace un tiempo venimos con un incremento en el área financiera, pero había distintas modalidades. Ahora sí se incrementó el tema de las estafas y es porque en pandemia uno incorporó la compra online», especificó Bonifacio.
El comercio online creció y a la par surgieron páginas truchas o cuentas en redes sociales que no son tal y estafan a quienes llegan con la intención de ser cliente. Puede suceder que no se entreguen los productos que el cliente adquirió, o bien copian versiones originales y las venden como tal. Entre las primeras recomendaciones que dio Bonifacio para escaparle a este tipo de prácticas están verificar la veracidad a través de la cantidad de seguidores, es decir, si es una página nueva o si permite (o no) comentarios.
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La titular de la Oficina del Consumidor dio un ejemplo claro: «Una página que tiene X nombre, no permite comentarios y se comprobó que no entrega sus productos y, al ser cruzados por los clientes, cambian sus nombres. Un caso ocurrido en septiembre es el de una clienta que compró y aún espera. Ellos (los estafadores) tienen la posibilidad de rotar el nombre, mantener seguidores y seguir estafando».
Bonifacio alertó que la «mayoría de las denuncias es de gente joven y que cayó en la trampa», y explicó que hay varias modalidades de estafas. «Uno de los casos es, por ejemplo, si comprás un producto que pensás que es original y no lo es».
También añadió que «está muy en auge» los mails o cadenas de WhatsApp «donde te piden verificación de datos y uno, al verlo tan real, entra en confianza, pero ahí podemos ingresar datos sensibles que te los roban para sacar créditos o vaciar las cuentas». A ese tipo de acciones, recomendó Bonifacio, hay que «desestimarlas».
Las denuncias se hacen en el Ministerio Publico de la Acusación (Montevideo 1968), pero también se pueden comunicar con la Oficina Municipal de Defensa al Consumidor de Rosario en su página web consumidor.
Por último, Bonifacio remarcó la importancia de tener una factura o realizar transferencias directas y no a través de un link «donde no se sabe a quién se está depositando». «Muchas veces llegan reclamos y es muy difícil llegar al paradero del delincuente por la falta de datos», argumentó.