Paspalum lilloi es una especie endémica, lo que significa que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo
En el imponente marco de las Cataratas del Iguazú, una pequeña pero valiosa especie vegetal lucha por su supervivencia. Se trata de Paspalum lilloi, un pasto que crece exclusivamente en las rocas bañadas por los saltos de agua del Parque Nacional, y que recientemente fue declarado Monumento Natural por la provincia de Misiones.
Paspalum lilloi es una especie endémica, lo que significa que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Su hábitat se limita a las piedras y acantilados de las Cataratas, un entorno hostil y húmedo donde otras plantas no podrían sobrevivir.
Con un área de distribución de apenas 8 kilómetros cuadrados, la planta enfrenta amenazas constantes debido a las fluctuaciones en los niveles de agua y otros cambios ambientales inducidos por la actividad humana.
La fragilidad de Paspalum lilloi y su dependencia de un ambiente tan específico llevaron a su inclusión en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una especie en peligro crítico de extinción. Esto hace que su protección sea una prioridad no solo para los conservacionistas, sino para todos aquellos que valoran la biodiversidad y la riqueza natural de nuestro planeta.
La declaración de Paspalum lilloi como Monumento Natural es el resultado de un esfuerzo conjunto entre científicos, universidades y el gobierno de Misiones. Investigadores de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), y la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), en conjunto con el CONICET, dedicaron años al estudio y preservación de esta especie. Sus investigaciones proporcionaron información crucial sobre la biología y ecología de Paspalum lilloi, lo que fue fundamental para su reconocimiento oficial.
Ana Honfi, docente de la UNaM e investigadora del CONICET, destacó la importancia de esta designación, que no solo protege a la especie, sino también promueve la conservación de su hábitat natural, los saltos del Iguazú. «Uno de los principales beneficios de esta distinción es la posibilidad de controlar las fluctuaciones hídricas generadas por represas aguas arriba, como la de Itaipú, que ya han causado la pérdida de otras cataratas donde Paspalum lilloi crecía», explicó.
Además, esta declaración podría facilitar la obtención de financiamiento para futuras investigaciones, no solo sobre Paspalum lilloi, sino también sobre otras especies vulnerables en la región. La protección de áreas naturales como el Parque Nacional Iguazú, tanto del lado argentino como brasileño, es esencial para garantizar la supervivencia de estas especies únicas.
Un desafío para la conservación
Proteger a Paspalum lilloi no es una tarea sencilla. La planta crece en lugares inaccesibles, en las propias cascadas, lo que hace que su recolección y estudio sean extremadamente complejos.
Gabriel Rua, docente de la FAUBA y colaborador en estos esfuerzos, comentó sobre el desafío de trabajar con esta especie, que fue cultivada en Buenos Aires durante 30 años sin florecer. «Solo en Corrientes, donde se recrearon las condiciones de su hábitat natural con una cascada artificial, la planta logró florecer», mencionó Rua.
Este ejemplo resalta la necesidad de estrategias de conservación que consideren las características específicas de cada especie y su entorno. La distinción de Paspalum lilloi como Monumento Natural es un reconocimiento a su singularidad y a los desafíos que implica su preservación. Sin embargo, también pone de manifiesto la falta de visibilidad de muchas plantas en comparación con los animales, y la necesidad de un enfoque más integral en la conservación de la biodiversidad.
La declaración de Paspalum lilloi como Monumento Natural en Misiones es un ejemplo de cómo las leyes pueden desempeñar un papel crucial en la conservación. Esta categoría de protección, que también se aplica a especies como el yaguareté y la ballena franca austral a nivel nacional, otorga un estatus especial a aquellas especies, áreas u objetos de valor estético, histórico o científico.
Misiones se destacó en este aspecto, con varias especies vegetales ya declaradas Monumento Natural, incluyendo el pino paraná y el palo rosa. Este compromiso con la biodiversidad se refleja en las políticas públicas de la provincia, que ha creado ministerios dedicados a la ecología y el cambio climático. Como resultado, la población local muestra un interés genuino por conservar sus espacios verdes y recursos naturales.