Se destacó en el International Collegiate Programming Contest, la competencia universitaria de programación más importante del planeta
En apenas una década, la Universidad Nacional de Rosario se consolidó como una de las instituciones más destacadas del planeta en el International Collegiate Programming Contest (ICPC), la competencia universitaria de programación más importante del mundo. Lo que comenzó como la iniciativa de tres jóvenes estudiantes rosarinos se transformó en una historia de excelencia, continuidad y reconocimiento global que posiciona a la educación pública local entre las mejores.
La ICPC reúne cada año a los mejores equipos de más de 3.000 universidades de 130 países. En ese exigente circuito, la UNR se hizo un lugar a fuerza de talento y perseverancia: desde 2015 acumula ocho participaciones mundiales, con sedes en Marruecos, Tailandia, Egipto, Kazajistán y Azerbaiyán, entre otras.
Todo empezó con Pablo Zimmermann, Mariano Crosetti y Martín Villagra, tres estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la Computación que decidieron representar a Rosario en el certamen. Bajo el nombre “Caloventor en dos”, el equipo fue el primero de la provincia de Santa Fe en clasificar a un Mundial de la ICPC. Su irrupción fue histórica: en 2016, en Tailandia, se ubicaron primeros entre los 17 equipos latinoamericanos y 32° a nivel global, superando a universidades de renombre como Stanford y Berkeley.
Lejos de quedarse en la hazaña, los tres se convirtieron luego en entrenadores de nuevas generaciones, consolidando un modelo que permitió mantener a la UNR en la élite mundial durante los últimos diez años. Equipos como los integrados por Maximiliano Redigonda, Iván Díaz y Brian Morris, o Margarita Capretto, Fernando Fiori y Emilio López, continuaron la senda. En 2025, Julián Cabrera, Matías Raimundez y Francesco Mozzatti representaron a la universidad en el Mundial de Bakú.
Para Mariano Crosetti, hoy docente y coordinador del programa de entrenamiento, el secreto está en el trabajo sostenido:
“Antes se creía imposible clasificar. Incluso nos dijeron que no podíamos superar a universidades como la UBA o Córdoba. Pero con esfuerzo y continuidad demostramos que la UNR es un rival de peso”, afirmó.
El respaldo institucional también fue determinante. Desde 2022 funciona en la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura un programa permanente de entrenamiento, abierto a todos los estudiantes interesados en mejorar sus habilidades de programación. En 2024, Rosario fue sede del Training Camp Argentino, que reunió a más de 300 participantes de todo el país y consolidó a la ciudad como un polo de formación tecnológica.
Los frutos ya trascienden el ámbito universitario. Los integrantes del histórico equipo inicial hoy trabajan en Google, Meta y startups de Silicon Valley, y varios excompetidores se desempeñan en firmas tecnológicas globales.
“Participar del Mundial fue decisivo para nuestro desarrollo. Nos dio herramientas que usamos todos los días”, agregó Crosetti.
El impacto va más allá de los concursos: es una demostración del potencial de la educación pública argentina y del talento rosarino para competir en el máximo nivel mundial.
“Lo que empezó como el sueño de tres estudiantes se convirtió en una escuela de excelencia. Hoy la UNR ya no es una sorpresa: es una institución que pisa fuerte en la élite global de la programación”, concluyó el docente.
Para conocer más: quienes deseen acercarse a las competencias o sumarse a la comunidad pueden visitar icpc.com.ar/rosario o la cuenta de Instagram @icpc.argentina, donde también se encuentra el enlace al grupo de Telegram de la comunidad rosarina, que ya supera los 400 miembros.