Por: Enrique Genovar
Un punto, de local y luego de perder el encuentro anterior, en la previa, no era bueno. Pero considerando cómo se dio el partido la cosecha no fue mala. Central igualó ante Estudiantes 1-1 y si bien la Sudamericana cada vez está más lejos el equipo se fue aplaudido. Es que el paciente hincha canalla ya es consciente de que a este plantel todo le cuesta el doble y cada compromiso es un suplicio.
El primer tiempo de Central fue desastroso. Otra vez Carlos Tevez erró en el planteo inicial y fue el Pincha quien impuso condiciones, pero a pesar de esto el 1-0 lo dejó con vida al Canalla. Los primeros 45 fueron para el olvido. Antes de los diez la visita ya había tenido posibilidades claras para marcar y después de que Broun se luciera, el mismo arquero demostró que la inactividad de 9 meses le pesa: salió de mala manera y Boselli no perdonó.
Central, en esa primera parte, no tuvo contención en la mitad de la cancha y tampoco tuvo creación. Contó con jugadores que tuvieron una actitud pasiva y fue dominado de principio a fin por Estudiantes.
Ya en el complemento, desde el mismo arranque, el equipo de Tevez mostró una actitud completamente diferente a la del inicio. Central se lo llevó por delante el rival y de a poco comenzó a inclinar la cancha. Allí apareció Malcorra como abanderado de la recuperación futbolística y los cambios que introdujo el DT dieron sus frutos. Claro que esa reacción y ese buen desempeño se tenía que traslucir en el marcado, algo que llegó recién a en el primer minuto de tiempo adicionado.
Por lo hecho en el segundo tiempo la derrota hubiese sido mucho castigo. La gente, que llenó la cancha un jueves a las 7 de la tarde, se retiró con aplausos a los jugadores. A Central todo le cuesta y es más lo que padece que lo que disfruta. Lo cierto es que el empate estuvo bien y ahora irá a Paraná en busca del tan ansiado triunfo que le permita crecer en la tabla y esperar con otras expectativas el desenlace del torneo.