Desde la primera movilización #NiUnaMenos hasta la actualidad se registraron 1.475 femicidios en el país. Y los números preocupan sobre todo en la provincia de Santa Fe
Chiara Páez tenía 14 años de edad, vivía en la localidad de Rufino, ubicada a 250 kilómetros de Rosario, cuando el 10 de mayo de 2015 su pareja, Manuel Mansilla, en ese entonces de 17 años, la asesinó. El femicidio de Chiara desencadenó la primera masiva movilización del 3 de junio bajo la consigna #NiUnaMenos.
Cinco años después, en Berabevú, a 150 kilómetros de Rufino, la historia se repitió. Julieta Delpino, una joven de 19 años, fue asesinada por Cristian R., su ex pareja. Cinco años después, la indignación y el dolor inunda a un pueblo del sudoeste santafesino. Cinco años después, la sociedad sigue exigiendo políticas públicas para terminar con la violencia machista.
El Registro Nacional de Femicidios del Observatorio MuMaLá indicó que desde el 3 de junio a 2015 hasta la fecha se registraron 1.475 femicidios. En los primeros siete meses de este año, Santa Fe se convirtió en la segunda provincia con más víctimas fatales por violencia machista, atrás de la provincia de Buenos Aires. Desde el 1º de enero de 2020 hasta el 25 de julio se registraron 18 femicidios.
En ese sentido, MuMaLá Santa Fe denunció que «cada once días, una mujer es asesinada en nuestra provincia víctima de un femicidio» y le exigió al gobierno de la provincia la urgente respuesta.
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«Duelen las muertes evitables, y en muchos casos, la ausencia del Estado. Aún no sabemos cuál es la planificación de la Secretaría de Estado de Igualdad y Género de Santa Fe, no se han anunciado programas provinciales de acompañamiento a víctimas de la violencia machista y familiares víctimas de femicidios, como tampoco hay políticas públicas de apoyo a las organizaciones feministas que día a día acompañan las situaciones y que luchan por una vida libre de violencias», agregó.
La coordinadora de MuMaLá Santa Fe, Sofía Botto, dialogó con CLG y expresó: «El femicidio de Julieta lamentablemente engrosa esa lista terrible de historias y de vidas que implican los femicidios. Los números de femicidios pueden sonar fríos pero detrás de cada número hay historias que nos sensibilizan, que nos preocupan, que nos indignan, que nos hacen sentir cada vez más inseguras».
«En estos cincos años no dejamos de exigir la presencia del Estado con políticas públicas para que estas situaciones no vuelvan a suceder y poder construir una vida libre de violencias», concluyó.