Espectáculos

Dante Spinetta: «De mis padres aprendí a ser parte de una resistencia cultural»


En conferencia de prensa, dijo estar "encantado" por el premio que reconoce su labor como productor musical de sus propias obras

El músico Dante Spinetta celebró su reconocimiento como productor musical en los Premios Gardel y revindicó el legado que su padre, Luis Alberto Spinetta, le marcó como artista que desde la «resistencia cultural» hace lo que «cree que hay que hacer» más allá de las «tendencias» de la industria.

Con su disco «Mesa dulce», el ex Illya Kuryaki and The Valderramas, quien competía en siete categorías, se alzó con el galardón a Productor del Año, Ingeniería de Grabación y Mejor Canción de Rock por «El lado oscuro del corazón» y «Mejor Colaboración» por el tema «Sudaka» junto a Trueno.

En conferencia de prensa, dijo estar «encantado» por el premio que reconoce su labor como productor musical de sus propias obras: «Es un premio que me encanta porque le pongo mucho trabajo y énfasis a la producción, al diseño de las texturas y los sonidos, al estudiar las épocas y al saber qué se usaba en cada disco».

«Es un mundo muy investigar de la producción, el jugar con las texturas. Así que ganar este premio de productor es una locura para mí, porque siempre flasheo con la producción y a veces no se repara en ese trabajo que vengo haciendo desde desde Illya Kuryakis, donde ya producíamos con Emma (Horvilleur) desde «Chaco» en adelante. Todos mis discos los produje yo» añadió Spinetta.

En otro orden, destacó que los galardones se van «resignificando» a lo largo de una trayectoria, pero que aún así siguen siendo «una caricia muy linda» porque, a pesar de que «el premio más importante es el de la gente que asiste a los shows», es un «reconocimiento que viene de colegas, de la industria y de gente que sabe de música».

«Me pone muy feliz y sigo sintiendo los mismos nervios que cuando empecé, los mismos que siento cada vez que me subo a un escenario o que me toca hablar como acá, o cuando recibo un premio. Sigo sintiendo esa chispa y el día que no la sienta más probablemente sea el día que deje el micrófono y la guitarra en casa y no lo haga más», añadió.

Y agregó: «Por ahora tengo todas las mismas expectativas, los mismos sueños, sueños más grandes algunos y algunos otros diferentes, pero hay algo de lo que nunca me voy a arrepentir que es el camino que tomé, el camino del amor por la música y el hacer la que tenga ganas de hacer más allá de lo que pase con las tendencias».

Aquella concepción sobre su camino artístico es algo que heredó de sus padres Luis Alberto Spinetta y Patricia Salazar: «De ellos aprendí a ser parte de la resistencia cultural y el hacer lo que uno cree que hay que hacer, porque hubo momentos, cuando éramos chicos, que no pasamos las mejores situaciones económicas».

«Cambiábamos de casa todo el tiempo y fui a diez colegios. Pasamos muchas cosas que tenían que ver con una inestabilidad económica, pero nunca vi a mi viejo transar su espíritu ni vender algo en lo que no creía. Él hacía lo que quería y lo que tenía que hacer. Y eso es un tesoro, ese es su legado y para mí la mayor influencia. Y mi madre estuvo ahí aguantando, manteniendo la familia unida; el amor siempre nos unió», añadió.

La muerte de su madre, en agosto del 2021, puso en pausa la producción de su galardonado álbum, que finalmente reanudó con la «convicción de seguir un sueño»: «Y es por eso que siempre están conmigo, y por eso siento la necesidad de dar lo mejor de mí en cada trabajo desde que mi mamá partió», completó.

Consultado sobre la inmediatez que imponen las plataformas digitales en el actual panorama musical, opinó que es «parte del juego» pero que frente a esa realidad hay que «estar tranquilos con el camino que uno eligió»: «El formato va a ir cambiando siempre pero lo que resisten son las buenas ideas, las buenas canciones. Cambiarán los formatos de venta y de promoción, pero las buenas ideas siempre salen a flote».