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Curas villeros promueven una iniciativa pastoral para población vulnerable


Se trata del proyecto de los "Hogares de Cristo" para pensar una parroquia popular, el cual fue destacado en un informe que presentaron en el barrio porteño de Villa Lugano

Los denominados Hogares de Cristo, una iniciativa pastoral de los curas villeros para población vulnerable, producen «cambios positivos en múltiples dimensiones de la vida» a quienes concurren a algunos de los 190 centros barriales que ya funcionan en 19 provincias argentinas y por los que ya pasaron más de 20 mil personas.

Así se desprende de un informe presentado este mediodía –en forma virtual- sobre la evaluación del impacto integral de los centros y los procesos de desarrollo humano e inclusión social de personas en situación de vulnerabilidad social y consumo problemático de sustancias psicoactivas, que se dan hacia el interior de los hogares.

«El Hogar de Cristo es una consecuencia de pensar una parroquia popular, donde nadie podía quedar afuera. En ese itinerario nos preocupamos por la salud, la educación y otros aspectos de la vida cotidiana. Es una iniciativa nacida de una iglesia popular y que ahora está en toda la Argentina», explicó el padre José María ‘Pepe’ Di Paola, uno de los coordinadores del Equipo de Sacerdotes de Villas de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires, y de la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones del Episcopado.

Además del padre Pepe, participaron de la presentación Ann Elizabeth Mitchell, directora del proyecto, doctora en Economía de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, y profesora de la Universidad Católica Argentina (UCA); y Ana Clara Camarotti, doctora en Ciencias Sociales y docente universitaria.

La presentación se realizó en forma virtual desde la parroquia de Caacupé, en la villa 21-24 del barrio porteño de Villa Lugano, donde funciona el centro barrial Hurtado.

«Los resultados de la investigación muestran que la integralidad del accionar del Hogar de Cristo produce cambios positivos en múltiples dimensiones de la vida, especialmente en la satisfacción de las necesidades básicas, la reducción de consumo de sustancias y la dimensión relacional», indicó el informe difundido hoy a la prensa.

Al respecto, el padre Pepe dijo que durante la pandemia y el aislamiento social «creció y se profundizó» el problema de las adicciones y «no se pensó en el tiempo libre de los jóvenes y adolescentes que en los barrios se juntaban igual».

El informe es el resultado de un trabajo de investigación realizado en el marco de un convenio entre el Departamento de Investigación Francisco Valsecchi de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA y la Federación Familia Grande Hogar de Cristo, con la participación de un equipo interdisciplinario e interinstitucional.

Los centros barriales del Hogar de Cristo están emplazados en barrios populares y villas de emergencia y trabajan en forma articulada con Cáritas Argentina, con la finalidad de «dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades», explicaron sus creadores.

La federación Familia Grande Hogar de Cristo, que los nuclea, fue creada en 2008 en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, y actualmente congrega 190 centros barriales en 19 provincias argentinas que ya recibieron a más de 20 mil personas hasta ahora.

El informe pone en evidencia «la necesidad de desarrollar respuestas específicas de acompañamiento para las mujeres, diseñar políticas de empleo que tomen en cuenta las trayectorias de vida de los jóvenes en contextos urbanos de marginalidad y fortalecer el trabajo conjunto entre el sector público y la sociedad civil en el diseño de políticas de prevención y tratamiento de adicciones».