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Cultivar comida propia: tendencia que crece en las ciudades


Por Emilia Ottogalli

Las huertas orgánicas son una tendencia cada vez mayor entre los habitantes de las grandes ciudades. La alternativa de cultivar la comida propia crece a causa de la conciencia ambiental y el saber que una gran cantidad de lo que se consume está contaminado con agrotóxicos que se utilizaron en algún momento del proceso para fumigarlos.

En la Argentina, la utilización de sustancias de este tipo en las plantaciones no está prohibida. Por ende, muchas veces y sin saberlo, el consumidor ingiere una comida infectada. En este marco, CLG dialogó con Carolina Acosta, asesora ambiental para que explique el tema.

«Nos alimentamos con alimentos fumigados. El glifosato ingresa por todos lados. Para estar exento de eso tenés que hacer una vida muy puritana en el sentido de controlar la alimentación», comenzó explicando Carolina. Una de las posibilidades: «cultivar tus propios alimentos».

Hay varias cosas a tener en cuenta cuando alguien decide tener su propia huerta. En principio, es fundamental considerar el hecho de cómo fertilizar la tierra y producir compostaje propio libre de glifosato o cualquier otro tipo de agrotóxico para que eso no termine contaminando el alimento.

Por otro lado, «hay que conseguir semillas de plantas que no hayan sido fumigadas». En este sentido, la asesora ambiental destacó: «Rosario tiene el cinturón verde de huerteros y huerteras que no trabajan con agrotóxicos. A ellos les podés comprar las semillas. O comprar un pimiento o un tomate, y en tu casa le sacas la semilla y plantas esa sabiendo que no tiene agrotóxico. Y así hacés la cadena».

De acuerdo a lo que resumió, «es imposible» sacarle el tóxico a una planta que fue fumigada con este tipo de sustancias. «Hay recetas en internet, pero ninguna va a funcionar porque el agrotóxico ya está en la génetica de la planta. En todas partes, en la raíz, el tallo, las hojas, las semillas», manifestó.

Carolina comparó la situación que se vive en el país con la que se vive en lugares como Europa, donde fumigar con estos productos está prohibido. «La gente no tiene problemas de consumir alimentos. Acá sí, porque esto impacta a un nivel genético».

Cultivar, entonces, aparece como una opción más que válida para aquellos que no estén de acuerdo en consumir estas sustancias en los alimentos. Lo importante es informarse y tener en cuenta todos los detalles para tener frutos libres de agrotóxicos en su totalidad.