Opinión

Cuidado auditivo para todos


Por Dr. Carlos Boccio

El Día Mundial de la Audición se celebra el 3 de marzo de cada año y fue designado en la primera conferencia internacional sobre prevención y rehabilitación de los trastornos de la audición, en Beijing China, en 2007.

Tiene como objetivo aumentar la conciencia y promover la audición en todo el mundo. El 30 de mayo de 2017, la Organización Mundial de la Salud aprobó, por unanimidad entre los 195 países que la componen, en Ginebra, Suiza, declarar a la hipoacusia como enfermedad no transmisible.

Este año, el lema de la campaña es «cuidado auditivo para todos». Las organizaciones profesionales otorrinolaringológicas y fonoaudiológicas, junto con el Ministerio de Salud de la Nación, se han unido para promover la salud auditiva en el país en un programa que iniciará el 3 de marzo y continuará a lo largo del año con actividades específicas de prevención, promoción y habilitación de las dificultades auditivas.

En la Argentina, la discapacidad auditiva constituye el 18 por ciento de las discapacidades existentes, correspondiendo 86,6% a dificultad auditiva y 13,4% a sorderas. Unos 3 de cada 1.000 nacidos vivos en el país presentan algún grado de hipoacusia y su detección temprana se encuentra amparada bajo la ley 25.415. Se busca concientizar sobre la importancia de la audición y promover la audición y el diagnóstico oportuno de pérdidas auditivas, además de incentivar a la población para que se realice evaluaciones audiológicas periódicas.

El 60% de los casos de pérdidas auditivas en niños se trata de causas prevenibles. Todo recién nacido debe ser evaluado auditivamente y la detección temprana (ley 25.415), en forma adecuada y practicada a tiempo, puede facilitar a los niños y niñas con pérdida auditiva el acceso a la comunicación, educación y un empleo a futuro.

Los sistemas de salud públicos y privados deben ofrecer intervenciones tempranas y accesibilidad a los tratamientos. En relación con la población adolescente, 1100 millones de jóvenes están, en todo el mundo, en riesgo de padecer pérdida auditiva por exposición a ruido en contextos recreativos, y un tercio de la población adolescente padecerá pérdida auditiva evitable por dicha causa.

La población adolescente argentina, de entre 10 a 24 años, según el último censo, representa el 25,79% y se calcula que el 30% de ellos sufrirá trastornos auditivos no laborales (aproximadamente 3 millones de personas). Por caso, uno de cada 5 individuos que escuchan música durante 3 horas diarias a 95 dba padecerá algún tipo de hipoacusia después de los 20 años. Es preocupante que encontrarse frente a individuos que aún no ingresaron a su primera salida laboral de los cuales un tercio será rechazado por hipoacusias del tipo inducidas por ruido, en una selección preocupacional.

En la tercera edad, en tanto, se produce un deterioro progresivo de la audición que conspira con la comunicación familiar y social del adulto mayor. Esta situación genera, frecuentemente, aislamiento que resulta en la aparición de cuadros depresivos y trastornos neurocognitivos que pueden ser prevenidos con el uso de dispositivos de ayuda auditiva.

Algunas recomendaciones para la población en general: se recomienda el control periódico de los oídos y la audición al ingreso escolar; nunca introducir hisopos u otros elementos (supervisar a los niños) en los oídos; no colocar gotas en los oídos sin indicación médica; el uso de auriculares debe ser controlado por horas de uso y volumen; el daño al oído por exposición al ruido es irreversible; hipoacusia, acúfenos, alteraciones emocionales y estrés son parte del daño que el ruido puede provocar.