La Biblioteca Popular Cachilo, reconocido espacio dedicado a la promoción de la lectura, comenzó a desarrollar diferentes propuestas para seguir con su labor, a pesar del aislamiento que obliga a tener sus puertas cerradas
Por Diego Carballido
La pandemia produjo que instituciones emblemáticas dedicadas a la promoción de actividades culturales tuvieran que buscar otras formas de desarrollarse para continuar con su tarea, y no perder el vínculo creado con la gente a través de muchos años de trabajo.
Es el caso de la Biblioteca Popular Cachilo, de Virasoro 5606, que desde hace más de quince años trabaja en la promulgación de la lectura y es uno de los modelos a nivel nacional de bibliotecas creadas con un espíritu de compromiso con el barrio. En la institución de zona oeste se desarrollaban más de 20 talleres artísticos que tuvieron que suspender sus actividades desde la declaración de la pandemia.
«Nos llevó un tiempo reacomodarnos, hasta que finalmente aceptamos cómo era la situación y comenzamos a pensar en nuevas propuestas», relató Claudia Martínez, referente de la Cachilo, en diálogo con CLG. «Fue todo un desafío porque ya teníamos el cronograma armado para todo el año, con 23 propuestas de talleres artísticos» que no pudieron continuar, detalló Martínez.
Fue entonces que, mediante el trabajo en conjunto con la radio comunitaria FM 93.1 Aire Libre, que funciona en el mismo edificio, comenzaron a diagramar un micro de cuentos, que se emiten dos veces al día, promocionando diferentes autores y que su repercusión hizo que la gente del barrio pida participar de la producción radial. «Les propusimos a toda la gente de la institución y a los talleristas que cada uno mande un audio de un cuento a elección, que les gustaría compartir, para mantenernos unidos a través de la lectura», contó Martínez.
«Cuando salieron los primeros cuentos al aire, y lo empezamos a promocionar, nos empezaron a llamar diferentes artistas y amigos que querían formar parte de la propuesta. También nos llamaron desde el Plan Nacional de Lectura y finalmente nos contactó la gente del barrio», expresó con satisfacción Martínez por la buena repercusión de la iniciativa. “Hasta comenzaron a salir cuentos escritos por los mismos chicos que asistían a la biblioteca”, agregó.
Por otro lado, comenzó a circular en las redes sociales de la Biblioteca una serie de producciones, con artistas allegados a la Cachilo que intentan sostener, en este contexto, el espíritu de la institución barrial de zona oeste.
Así surgieron los micros audiovisuales “La bibliotecaria en cuarentena” y “La Cachilo va a tu casa”. «Es una vuelta más para que no se sacralice el trabajo de la biblioteca y se lo relacione más con el hecho del encuentro y el juego», explicó Martínez y agregó: «Nos juntamos por lenguajes y armamos videos que sean propuestas participativas, no muy escolarizadas, sino más bien para hacer con toda la familia. Como lo harían en la biblioteca».
«En la serie “La Cachilo va a tu casa”, que estamos prontos a lanzar, se adoptan diferentes lenguajes artísticos: corporales, visuales, musicales y teatrales», detalló Martínez y explicó que en todas las iniciativas intentaron «plasmar todas las propuestas que solíamos tener, pero en otra forma. Para que pueda ser compartidas en radio y en las redes».
«La radio también hizo un convenio con el programa Seguimos Educando y nos enteramos con mucha alegría que van a incorporar a Radio Changuito dentro del plan nacional. Una producción radial de la biblioteca que ahora se va a escuchar en todo el país», compartió Martinez.
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Sobre el final, la referente de la Cachilo compartió su preocupación por las consecuencias económica que produzca la pandemia, tanto en las bibliotecas populares, como en los barrios donde funcionan estas instituciones. «Va a ser muy duro remontar después de la pandemia porque mucha gente en el barrio se está quedando sin trabajo. Además, los artistas y talleristas de la biblioteca están en una situación muy complicada porque son, en su mayoría, trabajadores informales”.
Sin embargo, Martínez no descartó que la situación al mismo tiempo está generando “una sintonía impresionante”, donde “la gente siente la necesidad de comunicarse”.