Una delgada línea de credibilidad separa la decisión de invertir moneda dura ociosa del resguardo cultural de ahorrar los billetes verdes
No son pocos los titulares de cajas de ahorros en dólares abiertas en los bancos que deshojan la margarita sobre si conviene tenerlos estacionados o activarlos para que den alguna renta.
Los más informados tomaron nota de que la inflación del 3% en Estados Unidos esmerila su capacidad adquisitiva fuera de nuestras fronteras.
Pero, peor aún, es hacer las cuentas de haberlos dejado quietos el año pasado: fue un pésimo negocio. Los precios internos crecieron 120% y hubo una devaluación negativa del 20% en el billete verde.
Y también medida en un balance cambiario propio desde 2015, se resignó el 40% real del valor de entonces.
Pero como lo hecho, hecho está, este año se proyecta en bruto con una inflación doméstica del 24%, la tasa de interés en pesos alineada y un 12% de incremento del dólar financiero.
La ecuación dependerá del cumplimento de las metas cambiarias oficiales, de si el Gobierno tendrá que devaluar o no, y cómo repercutiría en ese caso en el resto de las variables.

Polémica cambiaria en los mercados
Es una polémica que se instaló en el corazón de los mercados y que enoja al presidente Javier Milei cuando trasciende a los medios y transmiten las dudas a la gente.
Como los bancos no informan sobre qué cantidad de cuentas en dólares manejan ni cuánto hay depositado, cualquier estimación de la magnitud en juego peca de temeraria.
Circularon al respecto extrapolaciones de datos oficiales del año pasado que hicieron inferir que US$ 16.915 millones suman entre el efectivo y los depósitos en moneda extranjera en manos de privados, sin entrar en precisiones.
El colchón, si aparece como opción de liquidez, aunque riesgosa, porque andar con billetes por la calle representa una alta exposición, lo mismo que guardarlos en las casas.
Las crónicas policiales da cuenta todo el tiempo de robos domiciliarios por «entregas», estafas, extorsiones, salideras, y toda la gama de delitos contra personas y propiedades.
El dilema del colchón
Los ahorristas del colchón que eligieron refugiar sus dólares contantes y sonantes en cuentas bancarias actualmente se plantean si dejarlos como están, devengando inclusive una comisión de 10 dólares mensuales en aquellos casos en que le hayan sacado la bonificación, o buscar variantes que generen alguna renta.
La clave de la decisión pasa principalmente por la disponibilidad, o sea poder extraerlos ágilmente para viajar, comprar en tiendas del exterior y/o pagar el saldo en moneda extranjera de las tarjetas de crédito.
O simplemente cubrir los agujeros presupuestarios del ajuste económico que aprieta en cada zapato.
Retirar dólares de las cajas de los bancos e ir a las casas de cambio a venderlos, si bien en teoría, por un lado, permite aprovechar al máximo la brecha cambiaria implica asumir el riesgo de la logística de andar trasladándolos, pero además esconde sorpresas.
En algunas de las entidades, sobre todo oficiales, la condición para entregar los billetes que se retirarán es desprenderse de las existencias de los que tienen la cara chica de Washington, y las casas de cambio cobran 4% para recibirlos.
Plazos fijos en dólares
Hay bancos privados que ofrecen constituir plazos fijos en dólares a una tasa anual del 4%, como la que rige en Estados Unidos en los bonos del Tesoro.
Y ahora en el país aparecieron ofertas para abrir cuentas remuneradas en dólares, que no son de bancos.
Ejemplos de propuestas que permiten retirar el dinero en cualquier momento, generan rendimientos automáticos que hacen crecer los ahorros y se activan automáticamente al ingresar dólares, con acreditación diaria de intereses:
- Prex habilita una cuenta bimonetaria con un interés anual del 3% en dólares, con intereses calculados diariamente que se acreditan el primer día hábil siguiente.
- IOL invertironline activa automáticamente una cuenta remunerada al ingresar dólares. Los intereses se generan diariamente y se acreditan el primer día del mes siguiente.
- Uphold ofrece una cuenta de interés en dólares, con un rendimiento anual de hasta 4,40%.
Una de las vías para hacer rendir los dólares y perder lo menos posible en el arbitraje de la brecha cambiaria cuando se necesita venderlos para gastar en pesos es abrir sin costo una cuenta comitente en una sociedad bursátil homologada por la Comisión Nacional de Valores.
La reapertura de los mercados después de los feriados da una idea: el dólar oficial cotizaba a $1.063.64, el blue a $1.205 y el MEP a $1.226,40, o sea una brecha del 20%.
Se le transfiere desde la caja de ahorros en dólares del banco la cantidad de divisas que se estiman utilizar durante un período, con la que se compran bonos soberanos que dan 10/13% en moneda dura u Obligaciones Negociables, que rinden 6/7% anual, que se vender a medida que se necesitan los pesos. Ambos movimientos generan un 1% de comisión, aunque sin costos adicionales por las transferencias.
De las sumas y restas surge el tipo de cambio implícito en las operaciones.
Empezó a ser promocionada esta posibilidad por algunos agentes bursátiles, que destacan que no entraña riesgo alguno, siendo que los flujos de los mercados determinan alzas y bajas en las cotizaciones, que influyen según el timing de la entrada y salida en cada activo financiero.
“A diferencia de otras alternativas de inversión, como las billeteras virtuales y los bancos, con nuestra Cuenta Remunerada es posible obtener un 2% anual fijo y
asegurado de rendimientos, sin ningún tipo de riesgo, brindando así una herramienta que maximiza los beneficios y potencia los ahorros” afirmó Maximiliano Donzelli, manager de Estrategias de Inversión en IOL.
Los plazos cuentan
Los asesores advierten, aunque en voz baja, que no es lo mismo ingresar fondos a una cuenta comitente con una perspectiva de medir resultados en 2 o 4 años que hacer seguimientos de su evolución en el día a día, como se orejea como los naipes en el país a través de generaciones.
A favor esgrimen que el capital no se inmoviliza y puede estar disponible, todo o en partes, para oportunidades o necesidades que se presenten.
En esta última variante, aconsejan dejar algún saldo en la caja de ahorros del banco a 3/4 meses vista para pagar la tarjeta cuando gastan en divisas y las mensualidades de proveedores internacionales, como Netflix o Spotify.
Sin embargo, la especulación financiera, en el sentido más inocente del término, no es concebida aún como alternativa por los particulares, ya que el recuerdo de los corralitos y quitas del 2001 aún permanece fresco.
Es la delgada línea que separa el significado de inversión del resguardo cultural de los ahorros.
Los creyentes de la duración de la política que se ejecuta desde la Casa Rosada parecen dispuestos a abordar una transición entre el circuito tradicional dólar-tasas e ir diversificando de a poco hacia inversiones financieros o bursátiles.
Para el resto, la luz amarilla titila en los tableros.