Al estar todo el día en casa, los niños tienen más posibilidades de sufrir lesiones involuntarias
En el marco de las medidas de distanciamiento social, preventivas y obligatorias, adoptadas por el Poder Ejecutivo Nacional, y con la presencia de niños en casa de manera permanente por la suspensión de clases y actividades recreativas, desde el municipio solicitan extremar medidas y recaudos para evitar accidentes domiciliarios. Además, se recuerda que el lavado de manos es fundamental para disminuir el aumento y la propagación del coronavirus, por lo que se debe concientizar a los más chicos sobre su importancia.
Al estar todo el día en casa, los niños tienen más posibilidades de sufrir lesiones involuntarias en accidentes domésticos, algunos de los cuales pueden terminar siendo graves. Estas lesiones pueden prevenirse por lo que es fundamental el cuidado de los adultos a cargo.
Las más frecuentes y que por lo general no revisten traumatismos graves son caídas de la cama, silla, andadores, golpes por piruetas, pero hay otras que pueden generar serias consecuencias, como quemaduras, aplastamiento por objetos pesados (por ejemplo televisores o pantallas), caídas de balcones, ventanas, terrazas y escaleras.
En ese sentido, para evitar caídas de altura, es importante que, por ejemplo, las escaleras tengan barandas y puertitas en la parte inferior y superior, que impidan subir o bajar, sobre todo a los más pequeños. Los balcones, ventanas y terrazas tienen que contar con rejas, barandas o redes de protección que impidan trepar y así evitar una caída que puede provocar traumatismos graves.
Uno de los lugares más peligrosos de la casa para los chicos es la cocina, es por esto que niñas y niños preferentemente tienen que estar alejados de ese sector de la casa al momento de la cocción de alimentos para evitar posibles quemaduras, y se tienen que guardar correctamente los elementos cortopunzantes.
Además, se recomienda no colocar muebles, sillas y mesas cerca de ventanas para evitar que trepen; no dejar solos a los bebés en sitios altos como mesas, bebesit, cambiadores o camas. Al cambiarlos tener todos los elementos a mano, de modo que no sea necesario darse vuelta o alejarse. Colocar al bebé en lugares seguros, como la cuna, o corralito, y evitar el uso del andador en lugares cercanos a escaleras y desniveles.
Por otro lado, hay que tener especial cuidados con la corriente eléctrica, enchufes y artefactos eléctricos. Es importante tener medicamentos, sustancias corrosivas y tóxicas, lejos del alcance de las niñas y los niños para evitar su ingesta, ya que ello puede provocar situaciones graves. En caso de utilizar camas cuchetas que sea con las barandas de contención correspondiente.
Piletas
Si bien ya pasó la temporada de pileta, hay hogares que cuentan con piscinas. Para evitar casos de ahogamiento, es fundamental contar con medidas de seguridad, como la colocación del cerco perimetral, no dejar sillas en el jardín ni objetos que llamen la atención en el agua. Y siempre que se encuentren cerca de una piscina deben estar acompañado de un adulto.
Todas las piletas de lona, en caso de no usarse, se tienen que vaciar. También se debe tener cuidado con baldes y fuentones donde también se pueden dar accidentes.
Juegos alternativos, medidas de higiene y rutina
Es fundamental que padres y madres expliquen a sus hijas e hijos por qué tienen que quedarse en casa y encontrar alternativas para que se entretengan: contar con juegos de mesa, plastilina, juegos y libros acordes para poder compartir con ellos.
Por otra parte, se insta a reforzar las medidas básicas de higiene: lavado de manos frecuentes, no tocarse la nariz, ojos y boca.
Además, es útil y positivo generar una rutina ordenada en el hogar, como fijar un mismo un horario para despertarse, almorzar y cenar, como también dormir temprano por la noche. Esto hace que no se desordenen los niños y adolescentes y ordenen a los padres dentro del mismo hogar.
Asimismo, se aconseja estar abiertos a contestar todas las preguntas que tengan, explicar en qué consiste el virus por medio de ilustraciones, escuchar la preocupación, no alarmarlos y adecuar el lenguaje a la edad.