La cifra con la que debe contar una persona que pretende comenzar una nueva vida es de casi $40.000, que se acerca a dos salarios promedio
Por Diego Carballido
Las mediciones que se registran con respecto al costo de vida en Rosario apuntan, en general, al sostenimiento económico de una familia tipo. De hecho, el último informe del Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor –Cesyac- referido al mes de diciembre ubicó en casi $41.000 el valor de una canasta básica promedio.
Pero, si en lugar de una familia se coloca el foco de análisis en aquellas personas que pretenden tomar la decisión de no compartir su techo con otras personas, entre los que se pueden encontrar jóvenes con ansias de abandonar la casa de sus padres, adultos separados o personas que prefieren no convivir en pareja. En esos casos ¿de cuánto dinero debe disponer para iniciar una nueva vida?
En estos casos, el primero de los escollos económicos lo presenta el valor de los alquileres en la ciudad y los gastos iniciales para habitar un inmueble.
Ariel D’Orazio es uno de referentes de la Concejalía Popular y en diálogo con CLG dio las primeras aproximaciones con respecto a los valores: «Para entrar a un departamento de un dormitorio son necesarios $20.000 en concepto de comisión y por el pago del primer mes. Si te piden el depósito en garantía ya tenemos que hablar de $30.000, y si a eso se le suman los gastos de sellado y de averiguación de garantía la cifra trepa a los $35.000 iniciales para habitar un inmueble. Luego, habría que sumarle los gastos de mudanza”.
Por lo tanto, la cifra con la que debe contar la persona que pretende comenzar una nueva vida, casi $40.000, se acerca a dos salarios promedio. Solamente para establecerse en el inmueble, luego vendrán los costos mensuales. Siempre y cuando, se cuente con los muebles y artículos del hogar básicos para poder habitarlo, sino se deberá gastar aproximadamente otros $40.000 para poder equipar el nuevo domicilio.
Si se establece un valor de alquiler promedio, para el caso de un departamento con una habitación, la cifra ronda en los $7.500, a la que habrá que sumarle el costo de los servicios. Entre la luz, agua, gas, expensas y un servicio de internet difícilmente, para una sola persona, el costo mensual baje de los $3.000. Para lo cual, estos valores se llevarían un poco más del 50% del ingreso promedio individual si lo ubicamos cercano a los $20.000 como establecieron las últimas mediciones oficiales.
El resto del ingreso mensual se deberá repartir entre insumos para el hogar, alimentación y transporte, cuestiones que también se llevarán un porcentaje importante del salario, quedando muy poco margen para esparcimiento o gastos particulares.
Menos espacio y menos independencia
De acuerdo con la mayoría de las consultas que llegaron a la Concejalía Popular durante el año pasado, D’Ozario advirtió que muchos inquilinos tuvieron que “rescindir sus contratos de alquiler por la imposibilidad de seguir pagando y también muchos se informaron sobre los gastos iniciales que se vieron incrementados”.
Por lo tanto, en materia de alquileres «hay una expulsión del centro a la periferia y un hacinamiento de los estudiantes que se agrupan cada vez en mayor número en espacios reducidos. También, ha crecido la demanda de albergues estudiantiles y pensiones buscando eliminar un gasto excesivo como es el alquiler, en paralelo a una vuelta a la casa de los padres de aquellos trabajadores que habían logrado independizarse» advirtió D’Ozario.
Desde la Concejala Popular están solicitando a los legisladores nacionales nuevamente el tratamiento, en sesiones ordinarias de este año, de una ley de alquileres que logre alivianar a los inquilinos de algunos de los costos iniciales a la hora de firmar un contrato de alquiler. Existió una media sanción de un proyecto durante 2018, pero finalmente no fue aprobada. Se sospecha como consecuencia de las presiones de las cámaras inmobiliarias.
Mientras se aguarda una ley nacional, D’Ozario explicó: «A nivel provincial se podría limitar el cobro de sellados y de las comisiones inmobiliarias como se hizo en Capital Federal. También se podrían establecer cuestiones referidas al pago del impuesto inmobiliario. Es una cuestión política que requiere consensos en las cámaras legislativas provinciales».
«Si las empresas inmobiliarias tomarían conciencia y pedirían el pago del depósito en garantía en el mes número 23 y no al comienzo del contrato, también disminuiría el valor de ingreso y además dejaríamos de recibir como devolución nuestro dinero desactualizado. Porque no vale lo mismo $10.000 en estos días que dentro de dos años y es una acción especulativa que perjudica al inquilino y beneficia a las inmobiliarias que pueden jugar financieramente con ese dinero», concluyó D’Ozario.