Ajuste fiscal y estrategia para estabilizar la economía serán los temas centrales de los próximos encuentros
El reordenamiento fiscal previsto para los próximos años y la estrategia de estabilización de la economía serán dos ejes clave de los encuentros que mantendrá el ministro de Economía, Martín Guzmán, con la nueva misión del FMI que llegará a la Argentina este martes.
Julie Kozack y Luis Cubeddu, los enviados del Fondo que vuelven al país, prevén estar unas dos semanas analizando las cuentas de la Argentina.
Guzmán, quien destacará ante los enviados el respaldo del Congreso al proyecto de Presupuesto, buscará sellar un nuevo programa, que reprograme vencimientos por u$s 44.000 millones desembolsados por el organismo durante la administración de Mauricio Macri.
De esa manera, apunta a postergar los pesados desembolsos de deuda previstos para 2022 y 2023, y subrayará que el acuerdo con el FMI esta vez será sometido a aprobación del Parlamento, para darle más consistencia política y reflejar mayor consenso.
Si es posible, Guzmán aspira a obtener divisas frescas que permitan robustecer las alicaídas reservas del Banco Central -al jueves 4 de noviembre estaban en u$s 39.524 millones- hasta marzo próximo, cuando comenzarán a ingresar los dólares de la cosecha de soja.
El jefe del Palacio de Hacienda adelantó que trabaja en un «programa de estabilización macroeconómica plurianual».
En ese plan definirá cómo se ordenarán las variables monetarias, cambiarias y fiscales.
A la hora de explicar las mejoras esperadas en el escenario fiscal, el ministro exhibirá como positivo la desaceleración de subsidios destinados a la pandemia, ya que en el Presupuesto 2021 no figuran desembolsos por los programas ATP (salarios) e IFE (entrega de $10.000 a sectores vulnerables).
Además, destacará la mejora en la curva de financiamiento en pesos, que posibilitará reducir las asistencias del Banco Central.
En ese sentido, Guzmán destacará ante los enviados del Fondo que en lo que resta del año no serán necesarios más aportes del BCRA al Tesoro.
El ingreso extraordinario del impuesto a las grandes fortunas, por el cual se esperan recaudar unos $ 300.000 millones, será otro punto determinante para reducir el desequilibrio fiscal en 2021.
Entre las cuestiones más delicadas a tratar figuran la decisión de descongelar tarifas a partir de enero próximo, con el fin de achicar subsidios y definir otros esquema de ajustes jubilatorios, atados a una fórmula integrada por la inflación y la suba de salarios.
Guzmán prevé destacar ante los enviados del organismo la fuerte reducción de la brecha cambiaria en las últimas semanas, donde se la logró bajar del 100%.
«Queremos llevarla lo más cerca del 0% posible», adelantó el funcionarios en recientes reuniones mantenidas con empresarios de primera línea.
Con el Presupuesto a punto ser convertido en ley por el Senado, Guzmán aspira a cerrar el acuerdo lo más rápido posible porque considera que será otra señal clave para los mercados.
El convenio que se logre con el organismo multilateral sería tratado en sesiones extraordinarias por el Congreso.
La eliminación de la mayor parte del gasto asociado al Covid- 19 le permitirá a Economía reducir en unos $ 150.000 millones el gasto público y cumplir con el objetivo de alcanzar un déficit primario de 7% del PIB, 1% menos que el proyectado semanas atrás, estiman en el mercado.
El ministro repite que su expectativa es «tranquilizar» la economía durante el verano con el fin de arribar a ese acuerdo con el FMI con el menor nivel de presión posible.
Estabilización, acumulación de reservas y recuperación económicas son tres de los ejes en los que, explicó, basa su estrategia.
Desde el Fondo Monetario dijeron que el objetivo de la misión será la «agenda fiscal, monetaria y estructural» de las autoridades para el mediano plazo.
La meta será anclar la estabilidad macroeconómica y sentar las bases para un crecimiento inclusivo, dicen en el FMI.
Mientras se vienen estos encuentros cruciales, el Fondo hizo autocrítica sobre el convenio alcanzado con Macri en 2018 y reconoció que se cometieron errores.
Esa revisión puede jugar a favor de la Argentina, cuyo gobierno denunció que los u$s 44.000 millones desembolsados por el organismo terminaron yéndose a fugar capitales.