Desde el Ministerio de Economía trabajan en una devaluación del 25%, salarios por encima de la inflación y un ajuste de tarifas
Por José Calero*
El peso se depreciará 25% este año, los salarios crecerán tres o cuatro puntos por encima de la inflación y habrá un ajuste de tarifas, pero solo para sectores medios y altos.
Esas son algunas de las variables en las que está trabajando el equipo económico, parte de las cuales empezaron a ser anticipadas por el ministro de Economía, Martín Guzmán.
El funcionario promete que salarios, jubilaciones y planes sociales le ganarán a la inflación este año, porque lo considera una condición necesaria para favorecer la recuperación económica con una demanda más pujante.
«Lo que menos queremos es ser acompañantes terapéuticos de la inflación, queremos resolverla», aseguró por su parte el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, tras los encuentros mantenidos por separado con gremialistas y empresarios.
Ese es uno de los frentes abiertos, el más importante según la consideración que hacen en los pasillos del Palacio de Hacienda y de la Casa Rosada.
Pero en los últimos días comenzaron a surgir en el mercado dudas sobre los tiempos que le demandará a la Argentina cerrar un acuerdo con el FMI, clave para recuperar el financiamiento internacional, a tasas más razonables.
Primero se habló de mayo, pero esta semana importantes analistas de Wall Street comenzaron a instalar la sospecha de que, en un año electoral, el Gobierno podría estirar hasta las elecciones legislativas antes de cerrar un acuerdo con el organismo, que necesariamente exigirá un ajuste del gasto público.
Ante ese escenario, Guzmán buscó y consiguió el respaldo del Congreso: «No queremos repetir errores, el anterior programa se hizo de espaldas a la gente», afirma.
Argentina busca sellar con el Fondo un programa de facilidades extendidas con un plazo de repago de hasta 10 años, que requerirá el apoyo de naciones clave como Estados Unidos, China, Alemania, Francia, Italia y Japón.
Cerca del Instituto Patria afirman que el acuerdo buscado en realidad duplica esa cantidad de años, y lo elevan a 20, pero esa posibilidad nunca fue mencionada hasta ahora por el ministro Guzmán.
Parte del acuerdo con el FMI incluirá la reducción del déficit fiscal vía aumento de tarifas, para lo cual ya se trabaja en un cuadro tarifario nuevo.
Incluirá una ampliación de la tarifa social, que se extenderá de un millón de usuarios a casi cuatro millones.
Los últimos datos de inflación complican mucho los planes del Gobierno y por eso se busca reducir las expectativas sobre el avance de los precios.
El 4% en diciembre, que se repitió en enero, deja un arrastre importante para este mes, que el Gobierno busca desacelerar.
Para alcanzar una inflación del 30% este año -alrededor de ese nivel está previsto en el Presupuesto-, el ministro de Economía necesita bajar en forma drástica los índices de los próximos meses.
Parte de la necesidad de reducir la inflación está vinculada con el acuerdo que se va tejiendo con los sindicatos, que moderaron sus pretensiones pero aclararon que este año los salarios le deberían ganar por tres o cuatro puntos a la inflación.
El alza de los combustibles jugó un rol determinante sobre la inflación, porque encarece los costos del transporte, entre otros rubros clave.
Como en la Argentina el camión tiene una abrumadora preeminencia sobre otras formas de transporte como la ferroviaria, la suba del gasoil impacta a pleno sobre los costos.
Esto desató una fuerte protesta en las rutas por parte de camioneros autoconvocados, que lograron un incremento del 22,5% en las tarifas para transportar cereales y otros productos clave.
Ese conflicto se logró atenuar, pero no estaría cerrado del todo, y podría todavía reavivar algunos nuevos focos en las próximas semanas.
En el Gobierno buscan evitar nuevos conflictos en el transporte de granos, porque bien entrado marzo arranca la temporada de exportación de divisas, sobre la cual la administración de Alberto Fernández tiene puestas enormes expectativas, por el alza de precios internacionales de los commodities.
Por la suba estimada en las producciones de soja y maíz, y los altos precios, la cosecha argentina se revaloriza a u$s 37.600 millones, estiman desde las Bolsas de Cereales.
Esto representaría un aumento superior a los 10.000 millones de dólares respecto de la campaña anterior.
Esa plata fresca desempeñará un rol decisivo en un año en el que la mira estará puesta en reactivar la economía y promover la generación de empleo, y avanzar con la vacunación para tratar de dejar atrás la pandemia.
Según información que circula en el mercado, a pesar de los más de u$s 400 millones comprados por el BCRA en febrero, las reservas netas excluyendo las tenencias de oro, ya tocaron casi cero.
Este dato, muy tenido en cuenta por el sector financiero, explica en parte que casi todos los analistas continúen estimando una inflación del 50% para este 2021.
La proyección exaspera al ministro de Economía, que cree ver maniobras de especuladores internacionales detrás de esas estimaciones, y promete salir a cruzarlas con fuerza en las próximas semanas.
(*) Jefe de Economía de la agencia NA.