Sentite Mejor

¿Cuál es la función de los electrolitos en el cuerpo?


Son elementos fundamentales para el funcionamiento del organismo presentes en la sangre, pero pueden perderse y traer complicaciones en la salud

Son elementos fundamentales para el funcionamiento del organismo presentes en la sangre, pero pueden perderse y traer complicaciones en la salud

 

Los electrolitos son sustancias del cuerpo humano con capacidad de tener una carga eléctrica. Se trata de elementos fundamentales para el normal funcionamiento del organismo, que pueden perderse y reponerse.

Posiblemente, los deportistas sean los más familiarizados con la existencia de los electrolitos. La hidratación está muy vinculada al tema, así como la publicidad que se ha generado en torno a estas sustancias.

Los electrolitos son sustancias minerales que se hallan en la sangre y también en otros líquidos del cuerpo, como el interior de las células. Su particularidad es la capacidad de llevar cargas eléctricas. Es decir que el electrolito puede disolverse en agua y conducir electricidad.

Para el organismo son fundamentales. Como veremos, un desbalance en alguno de ellos puede ser letal. Estas sustancias se vinculan al flujo de agua dentro del cuerpo, al pH de la sangre –su acidez- y a la actividad de los músculos.

Los principales electrolitos del cuerpo humano son el sodio, cloro, calcio, fósforo, magnesio y potasio. Para cada uno de ellos existen valores de concentración sanguínea entre los cuales se consideran normales. Por ejemplo:

Para el potasio los valores normales oscilan entre 3,5-5,3 mEq/L.

El sodio tiene valores normales entre 136-145 mEq/L.

Cloro se considera normal entre 97-107 mEq/L.

 

 

Causas de desequilibrio de electrolitos

Ese balance normal de electrolitos dentro del cuerpo que oscila entre determinados valores puede verse alterado. Cambios hormonales, enfermedades de los órganos como los riñones o el hígado y hasta el uso de medicamentos los afectan. Entre las causas más comunes de desequilibrio de electrolitos tenemos:

Deshidratación: cuando el cuerpo ingresa a un período de deshidratación no sólo pierde líquido, sino también estas sustancias eléctricas. Durante picos febriles o gastroenteritis con vómitos y diarrea se eliminan electrolitos.

Síndrome de malabsorción: hay patologías que alteran el proceso de absorción de nutrientes por parte del intestino. Si eso sucede, puede que los electrolitos que se ingieran no ingresen al organismo.

Enfermedades endocrinas: la diabetes o el hipotiroidismo son ejemplos de problemas hormonales que desajustan el balance del medio interno del cuerpo.

Quimioterapia: los pacientes oncológicos sometidos a tratamientos de quimioterapia son muy susceptibles al desequilibrio de electrolitos. Los equipos oncológicos tratantes deben estar siempre atentos al proceso para reponer lo que se pierde a causa del tratamiento.

Medicamentos: además de la quimioterapia, hay otros fármacos de uso relativamente habitual que provocan pérdida de sustancias minerales, como los diuréticos y algunos corticoides.

Enfermedades renales: el riñón tiene entre sus tareas la regulación de las sustancias que abandonan el cuerpo. Cuando falla puede convertirse en un perdedor de sodio, potasio, calcio, fósforo y magnesio.

 

Mantenerse hidratado

La hidratación es determinante para mantener el equilibrio de electrolitos del cuerpo. Sin embargo, algunas enfermedades y medicamentos pueden causar un desbalance.

Hay alteraciones de electrolitos que son más frecuentes que otras. Algunas son momentáneas y tienden a corregirse automáticamente, mientras que otras necesitan intervención externa para volver a valores normales.

Si bien la mayoría de estos desequilibrios no revisten una gravedad urgente, hay situaciones complicadas. Las consecuencias a largo plazo pueden ser graves.

Con el calcio, por ejemplo, podemos tener hipocalcemia (menor cantidad en la sangre) o hipercalcemia (mayor cantidad sanguínea). Para las mujeres la hipocalcemia es un factor que se agrega al riesgo de osteoporosis cuando ingresan a la menopausia. En el otro extremo la hipercalcemia puede generar cálculos en los riñones.

El sodio, tanto en exceso como deficiente, altera el funcionamiento neuronal. La hiponatremia, que es el bajo nivel sódico, y la hipernatremia, los altos valores de sodio en sangre, producen irritabilidad y confusión. En casos extremos hay convulsiones.

El potasio es, quizás, el electrolito sobre el que más urgencias pueden desarrollarse. Los miocardiocitos, que son las células del músculo cardíaco, requieren valores específicos de potasio para que el latido del corazón sea el que debe ser. La falta de potasio en la sangre es desencadenante de arritmias, con el consiguiente riesgo que eso conlleva.

En estados de exceso de potasio en la sangre, aunque no haya urgencia, se recomienda la consulta con especialistas para rastrear problemas renales. Una insuficiencia renal puede tener como primera manifestación la hiperkalemia, es decir, el aumento de potasio sanguíneo.

 

Las fuentes de electrolitos

Es importante saber de dónde obtenemos los electrolitos en nuestra dieta. No sólo para reponer en caso de pérdidas, sino también para organizar una nutrición variada en base a estos requerimientos que son diarios.

Además de los líquidos que vienen preparados con electrolitos para la hidratación deportiva, los tenemos en los siguientes alimentos:

Calcio: se encuentra en muchos peces, sobre todo las sardinas, en las espinacas y en las almendras.

Fósforo: hay fósforo en las almendras también, así como en las nueces. Las carnes magras y el huevo son fuentes confiables de este electrolito, al igual que lácteos como los quesos y el yogur.

Sodio: remolacha, apio, aceitunas y tomate.

Magnesio: las verduras de hoja verde, el pescado y los frutos secos. Gran cantidad de magnesio hay en el chocolate.

Potasio: finalmente, el potasio puede encontrarse en buena cantidad en las verduras de hoja verde y en muchas frutas como las bananas y los cítricos.

 

Fuente: mejorconsalud.com