Opinión

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¿Cristina vicepresidenta porque quiere eludir la acción de la justicia?


Por Carlos Duclos

Luego de conocerse el anuncio de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de que acompañará en la Fórmula a Alberto Fernández como vicepresidenta, arreciaron en las redes sociales una serie de especulaciones en torno de la decisión de la dirigente justicialista y autora del libro “Sinceramente”, que arrasa en ventas y cuyo mentor intelectual es, precisamente, el ex jefe de Gabinete durante el gobierno de Néstor Kirchner y parte de su gobierno. Entre las especulaciones, figura de que el vicepresidente tiene fueros y el presidente no, con lo que se quiere dar a entender que la decisión estuvo tomada para eludir la acción de la justicia. Hay que decirlo, esto es falso y en todo caso los mensajes se fundamentan en una intencionalidad política.

Lo que dice la Constitución y la Ley de Fueros

Tanto el presidente como el vicepresidente gozan de hecho y de derecho de fueros. En primer lugar la Constitución nacional, en los apartados en los que trata sobre el rol de los diputados y senadores, se refieren al asunto. En cuanto a las funciones de la Cámara de Diputados, la Carta Magna establece en su artículo 53: “Sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado al presidente, vicepresidente, al jefe de gabinete de ministros, a los ministros y a los miembros de la Corte Suprema, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones; o por crímenes comunes, después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa por la mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes”.

Asimismo, en el artículo 59 y respecto de las funciones de la Cámara de Senadores se establece claramente: “Al Senado corresponde juzgar en juicio público a los acusados por la Cámara de Diputados, debiendo sus miembros prestar juramento para este acto. Cuando el acusado sea el presidente de la Nación, el Senado será presidido por el presidente de la Corte Suprema. Ninguno será declarado culpable sino a mayoría de los dos tercios de los miembros presentes”. El artículo 60 va más allá y expresa: “Su fallo (del Senado) no tendrá más efecto que destituir al acusado, y aun declararle incapaz de ocupar ningún empleo de honor, de confianza o a sueldo en la Nación. Pero la parte condenada quedará, no obstante, sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a las leyes ante los tribunales ordinarios”.

Para destituir y encarcelar a uncpresidente se necesita juicio político

Como se observa, el trámite para someter a juicio ordinario a un presidente demanda más trámite que un simple desafuero, requiere de un juicio político. La Ley de Fueros establece por otra parte en su artículo primero que “Cuando, por parte de juez nacional, provincial o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se abra una causa penal en la que se impute la comisión de un delito a un legislador, funcionario o magistrado sujeto a desafuero, remoción o juicio político, el tribunal competente seguirá adelante con el procedimiento judicial hasta su total conclusión. El llamado a indagatoria no se considera medida restrictiva de la libertad, pero en el caso de que el legislador, funcionario o magistrado no concurriera a prestarla, el tribunal deberá solicitar su desafuero, remoción o juicio político. En el caso de dictarse alguna medida que vulnera la inmunidad de arresto, la misma no se hará efectiva hasta tanto el legislador, funcionario o magistrado sujeto a desafuero, remoción o juicio político no sea separado de su cargo”. Cuando la ley habla de “funcionario”, habla de presidente y vicepresidente.

Una Nación no se consolida con falsos rumores


Lo cierto es que en la realidad, el presidente goza de más inmunidad que el vicepresidente, por el hecho de que lo ampara la Constitución y la ley, pero además por la razón de que la Presidencia otorga más poder político que la Vicepresidencia. Por tanto, los mensajes en las redes sociales en los que se quiere hacer aparecer a Cristina Fernández de Kirchner como eligiendo esa candidatura para preservar su inmunidad, son meras operaciones políticas echadas a rodar por sectores políticos que están enfrentados o no simpatizan con la ex presidente. Operaciones que procuran confundir y manipular a un electorado independiente y desprevenido. No está bien.

Y lo cierto también, es que una Nación no se desarrolla ni se hace fuerte con rumores, mentiras, informaciones falsas, a veces hasta impulsadas por un periodismo que ha dejado de hacer periodismo para convertirse en operador del poder de turno o de sus propios negocios. Es lícito tomar partido por un candidato y defender sus principios, sin dudas, lo que no está bien es construir episodios falsos para desacreditar al adversario.

Lamentablemente, en Argentina, de un lado y del otro, se han apelado a estas operaciones que a veces son verdaderos crímenes en los que están involucrados servicios de inteligencia, periodistas y políticos, quienes desde las sombras y la impunidad lanzan rumores de realidades inexistentes que causan un gran daño no solo político e institucional, sino personal y familiar, como ha ocurrido, sin ir más lejos, en la provincia de Santa Fe con algunos hombres del socialismo.
Quienes deseen de verdad encontrar los verdaderos motivos de la decisión de la señora Kirchner, deberían enfocarse en que se trató de una estrategia política con miras de unificar al peronismo, asegurar el triunfo y mostrar a la sociedad, al mundo y a los mercados que la que viene es otra historia. Si se logra, es otra cosa.