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Cristina Gómez, la rosarina que enseña a través del celular


Por Santiago Ceron

Este jueves se conoció una noticia que sacudió, de manera positiva, a todo Rosario. Una maestra de la ciudad quedó entre los mejores 50 profesores del mundo. Su nombre es María Cristina Gómez, da clases en las Escuelas 572 y 8185 y dialogó en CLG sobre este reconocimiento.

El premio Global Teacher Prize 2019 es una distinción considerada como el Premio Nobel de la Educación y concede un millón de dólares al ganador. Más de 10.000 maestros de 179 países del mundo aplican para este premio, y María Cristina, junto con otro docente de Temperley, quedó entre los mejores 50.

Ella es una profesora de Historia Formación Ética, Ciudadanía y Sociología en las escuelas El Ceibo y Santa Margarita, en Rosario, y logró innovar en contextos vulnerables. Su distinción se basa en su trabajo en escuelas con contextos desfavorables. Para lograr su propósito desarrolló métodos para quebrar el fracaso escolar en zonas con contextos hostiles y difíciles. Como sus alumnos no tienen libros ni compran apuntes pero sí manejan muy bien el teléfono celular, ella incorporó contenidos a través de la tecnología. El sitio que diseñó es www.profecristinablog.com, una herramienta de trabajo que agilizó sus clases y puso a disposición material educativo adicional.

El compromiso de los chicos que se involucraron en proyectos desafiantes los alentó a que continuaran sus estudios en la universidad. Por esa razón la docente gestionó un Fondo de becas para apoyarlos económicamente. También emplea programas de juegos con contenidos que produce ella misma. Por ese motivo, fue reconocida como Profesora innovadora Experta de Microsoft. Junto a otros profesores promueve educación por La Paz y ayudó a lanzar la red de escuelas innovadoras del Centro Educativo de Rosario.

CLG dialogó con María Cristina, quien contó detalles de su labor como docente y del significado de esta distinción para ella:

— ¿Qué significa esta distinción?

— Es una enorme alegría que uno, más allá de que haya aplicado para esto, no lo espera. También es una enorme responsabilidad por el hecho de que nuestra labor permite iluminar el trabajo de muchos docentes que trabajan muy bien y que también hacen lo suyo. Es poner nuevamente el centro de la educación en lo que es, algo bueno, algo que permite superar la mayoría de los males que estamos atravesando.

— Quedaste elegida entre más de 10.000 maestros y profesores de todo el mundo, ¿te hizo sentir especial?

— Obviamente sabía que era algo a nivel mundial, pero cuando me dijeron que eran 10.000 maestros la verdad me dio vértigo. No creo que sea nada especial, hay muchos docentes que estamos haciendo lo mejor que podemos y esto permite visibilizar las buenas prácticas. Mostrar que se puede mejorar la educación, que se puede brindar una educación de calidad en contextos que no son los ideales. Se pueden obtener buenos resultados apostando a la calidad, esfuerzo, trabajo; son valores que lamentablemente se han ido perdiendo en los últimos años, y no sólo en Argentina.

— Uno de los trabajos que te llevó a estar seleccionada para esta distinción fue tu página web, www.profecristinablog.com, ¿cómo surgió?

— El blog surgió a partir de intentar solucionar un problema, como casi todo lo que nos pasa en la vida. Uno de los tantos problemas era que los chicos no tenían libros. Hemos hechos de todo, campañas solidarias, nos han donado libros, logramos una biblioteca magnífica; pero yo veía que eso no alcanzaba. Los chicos están con el celular todo el tiempo y yo hacía una guerra permanente pidiendo que lo guarden. Pensé mucho y decidí superarlo de otra manera: un verano me puse a diseñar un blog. No tenía ninguna experiencia, fui autodidacta. Lo hice y le fui cargando los contenidos que necesitaba para mis materias. Empecé a trabajar con eso, se amplió, creció y se hizo página web. Para mi es una herramienta muy importante porque les permite a mis alumnos acceder a contenidos, videos y un montón de cosas que de otra manera no pueden. Por muy vulnerable que sea el ambiente, celulares tienen. Con el celular en la mano trabajamos en clase, es una herramienta.

— ¿Cómo responden los alumnos a usar tecnología para aprender?

— La respuesta de los chicos siempre es positiva porque están ávidos de la tecnología. Al principio daba risa porque lo último que pueden pensar los alumnos es que la profe de historia, que no tiene 20 años, va a ser la profe «bloguera». Para mí generó otro vínculo y mejoró mucho. Igualmente, esto va de la mano con la exigencia, no vamos a jugar solamente, está apoyado por una exigencia en lo que hace a los logros que ellos tienen que ir teniendo, pero también se le abre el panorama a otras herramientas que les van a servir para la vida, para el trabajo, como manejar el correo electrónica, hacer presentaciones. Al principio todo cambio genera resistencia, hay que apelar a la curiosidad.

— Recibís esta distinción en un contexto nacional que no es el mejor, ¿cómo analizás el presente de la educación argentina?

— Tenemos mucho para cambiar, el sistema tiene que cambiar. Creo que cuando desde la estructura se mira a los proyectos que están dando resultado, el cambio viene desde abajo. El colega de Buenos Aires y a todos los que ves en esta convocatoria están tratando desde su lugar de generar ese cambio positivo. Creo que es un soplo de aire fresco para el sistema. Es muy difícil cambiar una estructura desde arriba pero es importante visibilizar las cosas que están saliendo bien. Creo que necesitamos hacer un cambio radical, continuar en este camino de perfeccionamiento. Nunca dejé de estudiar y, como yo, hay muchos, pero la estructura es muy rígida. La escuela tiene que ser más flexible y creativa. Si los resultados que estamos obteniendo no son buenos algo hay que cambiar.

— ¿Siempre soñaste con ser docente?

— Siempre fui muy ávida por el conocimiento, siempre me gustó estudiar. Ser docente siempre fue muy natural para mí, terminé la secundaria con esa orientación. Después elegí ir por el lado de la historia porque me apasiona. Constantemente apunto a más, siempre tuve esa inclinación a enseñar y a encontrar nuevas maneras de acercarme al conocimiento.