Acindar, Vassalli y Celulosa Argentina están con problemas y muchos trabajadores pugnan por mantener sus puestos
La industria santafesina atraviesa uno de sus momentos más críticos en décadas. Tres de sus principales emblemas productivos —Acindar, Vassalli y Celulosa Argentina— se encuentran en una situación límite, con plantas paralizadas, miles de trabajadores suspendidos o sin cobrar y un panorama que amenaza con profundizarse.
El propio ministro de Trabajo provincial, Roald Báscolo, admitió que “todos esperábamos una recuperación este año, pero eso no se está dando. Incluso podría cerrar peor que el año pasado”.
Acindar: suspensiones y freno total
En Villa Constitución, Acindar volvió a paralizar su tren de laminación de acero, en el marco del ajuste que lleva adelante el grupo indio Arcelor Mittal. La empresa ya había suspendido a 500 empleados en julio y ahora suma otros 200 cesanteados temporalmente, que cobrarán el 75% de sus sueldos.
La demanda de acero cayó en todos los frentes: el freno de la obra pública, la baja en la construcción privada y la pérdida de competitividad frente a las importaciones. La planta trabajó durante todo el año a la mitad de su capacidad.
Vassalli: portones cerrados en Firmat
En Firmat, los 280 trabajadores de Vassalli Fabril amanecieron el pasado viernes con los portones cerrados. La histórica fábrica de cosechadoras acumula tres meses de sueldos impagos, más el aguinaldo.
La firma no asistió a la audiencia convocada en Rosario por el Ministerio de Trabajo y, en cambio, denunció penalmente a la UOM local. La abogada contratada, Florencia Arietto, senadora de La Libertad Avanza, acusó al gremio de “mafia sindical”, lo que recrudeció la tensión.
El delegado de la UOM Firmat, Diego Romero, denunció que “presentaron un escrito ofensivo, queriendo llevarse el conflicto al Ministerio de Nación para politizarlo. Los trabajadores estuvieron en sus puestos hasta hace unos 10 días atrás. Hoy la planta está cerrada”.
Celulosa Argentina: la papelera paralizada
En tanto, Celulosa Argentina, con plantas en Capitán Bermúdez y Zárate, detuvo totalmente su producción tras acumular pérdidas por más de 170 mil millones de pesos en lo que va del año. La producción cayó 15% respecto de 2023 y desde hace mes y medio la planta santafesina está detenida.
La falta de insumos es el principal escollo, aunque la firma logró pagar los sueldos de julio. El Ministerio de Trabajo valoró ese gesto, pero la empresa sigue sin poder cerrar un acuerdo con un socio estratégico que inyecte capital.
Un panorama crítico
La combinación de recesión, crisis financiera empresarial y falta de políticas industriales activas dejó a tres pilares productivos de Santa Fe al borde del colapso. Con ellos, miles de familias trabajadoras enfrentan una incertidumbre que crece día a día.
