La firma santafesina que tiene plantas en Lehmann, Suardi y Totoras pasa un presente complicado
La histórica firma santafesina Lácteos Verónica, con plantas en Lehmann, Suardi y Totoras, atraviesa una de sus crisis más profundas en décadas. La empresa adeuda sueldos, acumula más de 1.200 cheques rechazados por más de 4.000 millones de pesos, y afronta una parálisis dirigencial derivada de disputas familiares que agrava el escenario. La situación pone en riesgo más de 700 puestos de trabajo y genera alarma en toda la región.
La semana pasada, trabajadores de la firma acudieron a la comisión de Asuntos Laborales de la Legislatura de Santa Fe para exponer ante los diputados el deterioro económico y la incertidumbre laboral. «No vemos un futuro promisorio. Pedimos ayuda porque la empresa no da respuestas», sostuvo Juan Ramón Lucena, secretario general de Atilra Totoras.
Según el gremio lácteo, los trabajadores recién cobraron el 40% del salario de mayo, mientras se les adeuda el resto del mes, el salario de junio y el aguinaldo. Además, denuncian falta de cobertura médica, cargas sociales impagas y vaciamiento de la estructura operativa.

Una crisis que lleva años
Lucena recordó que la crisis de Lácteos Verónica no es nueva: comenzó en 2017 y se profundizó tras la muerte del fundador de la empresa. «Durante la pandemia lograron regularizar su situación y hasta procesaban un millón de litros diarios, pero hoy la situación volvió a ser insostenible», explicó.
Actualmente, la dirección está a cargo de Alejandro Espiñeira, pero fuentes gremiales aseguran que la empresa sufre un grave vacío de liderazgo producto de tensiones familiares entre herederos. “Es una empresa que tiene potencial y no está quebrada, pero está mal conducida”, aseguran desde Atilra, que declaró el estado de alerta.
Un pasado que vuelve
En el centro del conflicto resurge un dato llamativo: en 2017, los dueños de la firma realizaron un blanqueo de activos por montos que oscilaron entre 40 y 420 millones de dólares, regularizando bienes en el exterior. Según fuentes del sector lácteo, parte de esos fondos habrían provenido de maniobras de subfacturación de exportaciones de leche en polvo durante los años previos.

Apoyo político y pedido de respuestas
El presidente del bloque Socialista en la Cámara de Diputados, Joaquín Blanco, expresó su preocupación y pidió una intervención política para evitar el colapso de la firma. “Estamos ante un abandono dirigencial evidente. Hay que cuidar los puestos de trabajo y encontrar una salida antes de que sea tarde”, advirtió.
En tanto, se evalúa la posibilidad de avanzar con una denuncia penal tributaria por retención indebida de fondos, ante la falta de respuestas por parte del directorio.
Mientras la crisis se profundiza, los tambos proveedores ya advierten demoras superiores a los 90 días en los pagos por leche cruda, y muchas familias dependen de que la actividad no se detenga. El reclamo es claro: rescatar la empresa, proteger el empleo y exigir responsabilidad a quienes la administran.
