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Crisis climática: París quiere quitar un 40% de asfalto para afrontar un clima similar al de Sevilla


Según el concejal ecologista, encargado del plan climático de la ciudad, del agua y la energía, la canícula extrema es el “desafío número uno” de la ciudad, muy densamente poblada y muy mineral en su arquitectura

París vive una situación “contrarreloj” contra la crisis climática, que traerá picos de calor de hasta 50 grados y un clima parecido “al de una ciudad como Sevilla”, y eso requiere repensar su arquitectura, vegetalizar masivamente y quitar un 40 % de su asfalto, según Dan Lert, concejal de Transición Ecológica.

“Esperamos y anticipamos picos de calor muy fuertes, muy elevados, y olas de calor con 50 grados. El clima en París se va a parecer al de una ciudad como Sevilla en el sur de España en los próximos años”, indica Lert al portal EFE en una entrevista, tras una temporada estival en la que Francia ha batido los récords históricos de temperaturas para un final de verano.

Según el concejal ecologista, encargado del plan climático de la ciudad, del agua y la energía, la canícula extrema es el “desafío número uno” de la ciudad, muy densamente poblada y muy mineral en su arquitectura.

Su último récord histórico de temperatura lo marcó en julio 2019, con 42,6 grados, y el verano de 2022 fue el que acumuló más días de canícula (22). Pero los estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC) francés señalan que esa cifra se irá quedando pequeña en el futuro, con veranos de unos 34 días de ola de calor por año debido a la crisis climática.

En ese contexto, París no tiene otra alternativa que transformarse para bajar sus temperaturas, según Lert, y convertirse en una ciudad más habitable incluso en los momentos de olas de calor.

Para abordar ese reto, que requiere inversiones millonarias, París planea plantar 170.000 árboles hasta 2026, eliminar plazas de aparcamiento para convertirlas en zonas verdes en el horizonte de 2030 y suprimir un 40 % de su asfalto.

“La idea es pasar de una ciudad que es como un radiador, que tiene un efecto de una isla de calor urbano, a una ciudad que sea un oasis”, señala Lert.