Once personas comenzaron a ser juzgadas este jueves en Riad por el crimen del periodista disidente saudita Jamal Khashoggi, asesinado en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, y la fiscalía a cargo de la investigación pidió la pena de muerte para cinco de ellas.
El inicio del proceso judicial fue informado por la agencia estatal SPA, que precisó que todos los acusados -cuya identidad no trascendió- están siendo juzgados por el Tribunal de Sanciones de Riad en presencia de sus abogados.
La fiscalía saudita anunció en noviembre pasado la detención de 21 personas por el crimen del periodista, pero solo acusó a 11 por su implicación y exigió la pena de muerte para cinco de ellas, algo que ratificó hoy al comienzo del proceso.
«El fiscal público reclamó imponer castigos adecuados contra los imputados y está buscando la pena capital para cinco por su implicación directa en el asesinato», señaló el organismo judicial.
Durante la vista, los detenidos solicitaron una copia de la acusación y más tiempo para poder preparar su defensa, una petición que fue aceptada. El ente acusador indicó al término de la primera sesión del juicio que continúa la investigación para «varios» de los acusados, sin dar más detalles.
Khashoggi, un periodista saudita exiliado en Estados Unidos por sus cuestionamientos a la política del reino, ingresó el 2 de octubre pasado al consulado de su país en Estambul para recoger unos documentos que le permitieran casarse con su prometida turca y nunca salió de allí.
Posteriormente se supo que fue asesinado por un grupo de agentes de inteligencia, hoy protagonistas del juicio en Riad. Aunque la monarquía ultraconservadora admitió el homicidio, negó en todo momento la implicación de altos funcionarios del reino, sobre todo la del príncipe heredero Mohamed bin Salman, a la vez que no aclaró qué ocurrió con el cadáver.
Sin embargo, la implicación de al menos dos personas del entorno más próximo al heredero saudita en el asesinato pusieron en duda la versión oficial de Riad. De hecho, los informes elaborados por agencias de inteligencia internacionales sostuvieron que dicha operación no pudo suceder sin su conocimiento.
Las autoridades turcas, por su parte, afirman tener pruebas de que Khashoggi fue asfixiado y su cuerpo después descuartizado para hacerlo desaparecer.
El Ministerio Público saudita informó hoy que el 17 de diciembre envió dos memorandos judiciales a la Fiscalía General de Turquía para pedir las pruebas que los turcos fueron recolectando a lo largo de la investigación.
Sin embargo, apuntó, todavía no recibió respuesta de las autoridades turcas, al igual que con los otros memorandos enviados el 17, 25 y 31 de octubre.
Riad insistió en estos meses en que los acusados por el asesinato de Khashoggi no van a ser extraditados a Turquía, país que los reclama por haberse perpetrado el crimen en su territorio.
El pasado 5 de diciembre, la Fiscalía de Estambul dictó una orden de arresto contra dos altos cargos saudíes, Ahmed Asiri y Saud al Qahtani, por su presunta vinculación con el asesinato del columnista del diario The Washington Post.
El escrito de acusación considera a ambos culpables de «homicidio intencionado y premeditado con ánimo salvaje o infligiendo tormentos», informó entonces la agencia turca Anatolia.
La misma acusación, con petición de extradición, pesa ya sobre los 15 integrantes del equipo saudita que llegó el 2 de octubre a Estambul para presuntamente matar a Khashoggi, así como contra tres empleados del consulado que abandonaron Turquía tras el crimen.