Política y Economía

Entrevista CLG

Cribioli: «Hay dirigentes radicales que traicionaron sus principios»


Por Pablo Bloise

Un hombre que conoce de política. Que habla claro y sin tapujos a la hora describir, desde su perspectiva, la realidad que atraviesa el país. Ese es Pablo Cribioli, dirigente radical que supo ser presidente del Concejo de Rosario y también vicepresidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe.

De su boca salieron muchas respuestas a una gruesa lista de temas que hacen a la actualidad de la Argentina. Tocó cuestiones políticas, económicas, sociales y no hubo gobierno (a nivel nacional y provincial) que no haya pasado por su análisis en la extensa entrevista que mantuvo con CLG.

Habló del radicalismo y aseguró que aliarse con el PRO fue un “equivocación enorme”. Reconoció falencias en el gobierno anterior y fue categórico con el actual: “Después de dos años y ocho meses, no podés seguir echándole la culpa al otro”. “Hacete cargo de lo que está pasando y sacá al país de este despelote”, sentenció.

¿Sigue de cerca los allanamientos a Cristina Kirchner?

— Claro que sí. Más allá de tratarse de un procedimiento que es absolutamente válido, me parece que se armó un verdadero circo alrededor de todo esto. De otra manera, no se puede explicar por qué el juez Bonadio, un señor al que conocemos muy bien, hizo tanto ruido al principio de la causa.

El Senado lo aprobó en decisión unánime…

— No podía allanar los domicilios sin el previo consentimiento del Senado. Pero si vas a denunciar un allanamiento un mes antes, es lógico que cuando vayas no vas a encontrar nada. Sería una estupidez pensar lo contrario. Es lamentable esto, porque es un procedimiento que debería ser tomado con total seriedad. Independientemente de la opinión que uno pueda tener con respecto al gobierno de Cristina, estamos hablando de una persona que ha sido dos veces presidenta y es actualmente senadora de la Nación. Hay que ser muy cuidadosos.

¿Y de la causa de los cuadernos? ¿Qué piensa?

— Uno no puede opinar mucho más de lo que ve en la televisión. Acá hubo una gran participación mediática. Sí hay cosas que me llamaron mucho la atención. Hay arrepentidos que van, declaran que cometieron un delito y se van en su auto a su casa. Eso me resulta increíble.

Hay implicados funcionarios del gobierno anterior. ¿Qué opinión tiene de eso?

— Que haya nombres de funcionarios hace que esto sea muy grave. Pero también hay nombres de empresarios que han sido venerados en los medios de difusión y que eran intocables. Si hay arrepentidos que van y declaran que cometieron un delito, no pueden irse. Creo que más de uno debería haber quedado adentro.

¿Está actuando bien la Justicia?

— Yo lo que quiero para mi país es que la Justicia actúe y vaya a fondo en todos los temas. Si mañana se comprueba todo esto y se dice que Cristina tiene que ir presa, que vaya. Pero con ella van a tener que ir una fila innumerable de dirigentes, funcionarios y empresarios vinculados con esta cuestión.

Antes dijo que había que mirar estas cuestiones objetivamente, dejando de lado los pensamientos sobre los gobiernos. ¿Qué opina de los 12 años de kirchnerismo?

— Tuvieron una primera etapa que fue bastante fértil. El de Néstor se puede decir que, en líneas generales y salvo en el último tramo, fue un buen gobierno. Se produjeron cambios sustanciales, con los que estaba identificado el radicalismo. La Unión Cívica Radical apoyó muchas de las medidas que se tomaron. El segundo, con Cristina, tuvo un giro mucho más soberbio y se volvió un gobierno mucho más populista. No es lo mismo ser popular que populista. En esto último hay una cuota grande de demagogia.

¿Y del gobierno actual?

— Habría que aclarar todos los actos de corrupción que se vinculan con el kirchnerismo. Pero si me apurás, entre el gobierno anterior y este, incluso con la herencia que hubo, lo de hoy es para preocuparse y mucho. Estamos llegando a 2 años y ocho meses ya desde que gobierna Macri y hemos entrado en un tobogán en absolutamente todos los aspectos.

¿Qué análisis hace de la política de Cambiemos?

— Se está hablando mucho de las dificultades económicas, pero son muchísimas más. Todo el mundo volvió ahora a hablar de la inflación, del dólar, del riesgo país. De todo aquello que habíamos olvidado luego del 2001. Se ven cosas terribles en cuestiones vitales y esenciales, como la educación y también en salud pública, salvo en casos como los de Santa Fe.

¿El país retrocedió?

— Significativamente. Hemos perdido mucho tiempo sacándonos fotos con los líderes de todo el mundo, pero no hemos avanzado en el plano internacional. Nadie nos cree. Volvimos al Fondo Monetario Internacional. Creo que sólo cuatro países en este momento le deben dar bola al FMI. Y encima volvimos con las condiciones más severas que hayamos conocido. Hemos tenido un retroceso de carácter cultural muy serio. Efectivamente este gobierno no recibió las cuentas en buenas condiciones, pero luego de 2 años y 8 meses, no podés seguir echándole la culpa al otro. Eso es bien de argentino. Hacete cargo de lo que está pasando y sacá al país de este despelote.

¿Cómo está hoy el radicalismo?

— En las peores condiciones. Ya venía mal y encima cometió el error de aliarse con este gobierno en la Convención de Gualeguaychú. Yo no creo que el radicalismo pueda volver a la Lista 3 y presentarse a elecciones sólo. Tiene que articular un frente, cosa que se estaba haciendo. El radicalismo trabajaba en un frente, que de alguna manera lideraba, donde estaban el socialismo y políticos como Pino Solanas y Carrió, que después eligió la traición. Estaba posicionado en una centro-izquierda razonable, valorando la democracia y con mucha sensibilidad. Luego prevaleció la idea de asociarse al PRO y fundar Cambiemos. Más tarde, aparecieron con lo de ‘el mejor equipo de los últimos 50 años’, cosa que hoy claramente es todo lo contrario. Además, le agregaron el cóctel de locura de una persona como Elisa Carrió.

¿Se siguen manteniendo los principios de los que hablaba Raúl Alfonsín?

— En las bases sí se mantienen. Yo soy alfonsinista y radical. Coincido plenamente con todos los ideales de Alfonsín, que fue, para mí, lo más valioso que le ha pasado a este país en términos políticos, dentro de los últimos 50 años. Hay gente que no es radical y es simpatizante de Alfonsín y hasta lo reivindican. Sin embargo, los dirigentes que hoy están a la cabeza no hacen otra cosa que traicionar sus principios, salvo algunas excepciones.

¿Qué piensa sobre el gobierno de Santa Fe? ¿Cómo han manejado, desde su punto de vista, las cuestiones ligadas a la inseguridad y a las balaceras ocurridas en las últimas semanas?

— Haciendo un análisis, y en primer orden separando las cosas y dejando a la inseguridad de lado por un momento, el de Santa Fe es un buen gobierno en términos generales. No hay grandes conflictos en cuestiones ligadas a la educación, por ejemplo; sabemos que históricamente los socialistas cuidan mucho la salud pública; la Justicia también trabaja bien y es para destacar el trabajo que se ha hecho en la obra pública. En esto último se ha puesto el acento como hacía mucho tiempo no ocurría. Sobre la inseguridad y el narcotráfico, creo que es un flagelo que genera una preocupación tremenda, pero no es un problema sólo de esta provincia. No en vano la ministra de Seguridad de la Nación (Patricia Bullrich) ha venido a Rosario y, en parte, se ha hecho cargo. La violencia se ha profundizado mucho y eso ha provocado un dolor inmenso en todo el país. Es mentira que sólo sucede acá. Lo que pasa es que en Santa Fe todo lo que ocurre, se conoce y se publica en los medios. En Buenos Aires, no. Se publica la mitad de las cosas que suceden y, en muchos casos, se minimizan algunos hechos.

¿Cómo ve al ciudadano santafesino? ¿Cómo impactan en el trabajador común las decisiones que toma el gobierno nacional?

— De la peor manera. La gente está empobrecida. El que está sin trabajo, vio cómo disminuyó su salario abruptamente. Hay una incertidumbre tremenda. La situación económica se ha vuelto complicada y esto genera una tensión social muy grande. Acá se debe atacar a la cuestión de fondo, que es una sola: el trabajo. Se necesita del trabajo para progresar, y acá te enterás todos los días que cierra una fábrica o una pyme. Y todo se concatena con lo que está haciendo este gobierno. Prometieron “pobreza cero”, algo que es de una torpeza muy grande, y no sólo que no disminuyó, sino que aumentó. No han cumplido con absolutamente nade de lo que prometieron.