Los conflictos se centran en la regularización de inmigrantes y un programa de excarcelaciones por la pandemia
Mientras Italia inició esta semana la salida gradual de la cuarentena vigente desde el 10 de marzo, el premier Giuseppe Conte busca apaciguar los cruces dentro de la coalición de gobierno, donde crecen las tensiones por las medidas de aislamiento, la regularización de inmigrantes y un programa de excarcelaciones por la pandemia.
Conte, a la cabeza del frente que integran el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), el Partido Democrático (PD), Italia Viva (IV) y otros grupos menores, enfrenta desde el inicio de la pandemia todo tipo de críticas dentro de la alianza de gobierno por las medidas y los tiempos para establecer la cuarentena y su salida gradual.
En esa línea, el líder del PD, Nicola Zingaretti, pidió que el gobierno «dialogue con la oposición» y advirtió que en caso de que el actual Ejecutivo no pueda seguir adelante, «es difícil que pueda surgir una mayoría distinta», avalando la hipótesis de una convocatoria a elecciones en caso de un tropiezo de Conte.
En las últimas horas, la coalición de gobierno volvió a revivir sus internas a raíz de un proyecto de la ministra de Políticas Agrícolas, Teresa Bellanova de Italia Viva, que reclamó públicamente un sistema de regularización de inmigrantes irregulares que trabajan en el sector agrícola y amenazó con dar un paso al costado si no se llega a una solución para las 600.000 personas en esa condición que estimó.
Desde el Cinco Estrellas la titular de Interior, Luciana Lamorgese, advirtió que la cifra no llega en realidad a las 200.000 personas, y el jefe político del M5E, Vito Crimi, rechazó la propuesta por considerar «que no ayuda a combatir al trabajo informal».
Al mismo tiempo, desde Italia Viva amenazan con quitar la confianza parlamentaria al ministro de Justicia, Alfonso Bonafede del Cinco Estrellas, por la mala gestión de la excarcelación de 376 personas ligadas a las mafias bajo el denominado Artículo 41 bis, que endurece las condiciones a los detenidos relacionados al crimen organizado.
La presión de Italia Viva sobre Bonafede se remonta a fines de 2019, cuando ya habían avanzado con un pedido de remoción del ministro por las diferencias sobre un proyecto de cambios en las leyes de prescripciones.
Desde Italia Viva, fundada por el ex premier Matteo Renzi en septiembre pasado como una escisión del PD, critican también que Conte haya establecido la cuarentena, su salida y las medidas para paliarla a través de un decreto y no de una ley con control parlamentario. De hecho, en su último newsletter semanal, Renzi planteó que llegó la hora de «terminarla con los decretos que limitan las libertades personales».
Mientras tanto, con las medidas de flexibilización adoptadas en modo homogéneo para todo el país, gobernadores de las distintas regiones le reclaman al primer ministro planes diferenciados para cada provincia que evalúe las curvas de contagios y las actividades productivas.
«Reclamaremos que cada ente pueda presentar su propio plan de reaperturas», reclamó este jueves el gobernador de la Liguria, Giovanni Toti, presidente de la asociación que nuclea a los jefes regionales. «Pediremos que se cambie el decreto actual. Es opinión de la mayoría de los gobernadores que los planes deben hacerse región por región», agregó Toti según reproduce el diario Repubblica. En ese marco, por ejemplo, la Calabria ya habilitó la reapertura de bares, pese a que a nivel nacional recién podrán hacerlo desde el 1 de junio.
Hasta el momento, 29.684 personas murieron en Italia, con el 50% de las víctimas concentradas en la región norteña de Lombardía, mientras la curva de contagios nacional continúa en descenso y registra tres días consecutivos con menos de 100.000 positivos actuales confirmados.