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Crece la preocupación por la bajante del río Paraná: qué pasa con la navegación y con las actividades comerciales


El caudal de agua es cada día menor y desde varios sectores alertan por la situación. Encima se viene un verano muy caluroso y con pocas lluvias

El fenómeno de La Niña, que provocó una marcada disminución de lluvias en la cuenca alta del Paraná, causó una bajante significativa en el nivel del río, afectando a Rosario y gran parte de la región. Los niveles bajos del agua generan preocupación, sobre todo en sectores relacionados con la exportación y la navegación.

Jorge Pinilla, referente de la Cámara Náutica, describió una situación crítica. “Estamos viviendo algo que no esperábamos. Las caletas están secas y los barcos grandes están atrapados en el barro”, comentó en declaraciones a LT3. La bajante dejó a muchas embarcaciones sin la posibilidad de operar con normalidad, complicando la logística de reparación y prueba de las mismas. Incluso las guarderías náuticas, que tradicionalmente enfrentan problemas de espacio, ahora ofrecen camas disponibles debido a la falta de actividad.

El impacto también se siente en el comercio internacional. La falta de caudal en el Paraná obligó a que los buques graneleros, que normalmente operan en el Gran Rosario, deban trasladarse a puertos más profundos, como Bahía Blanca, para cargar mercadería, lo que retrasa exportaciones y aumenta los costos operativos.

Consecuencias climáticas

El climatólogo Mario Navarro explicó que la bajante está relacionada con la falta de lluvias en la cuenca alta del río, particularmente en Brasil. «La última lluvia significativa en la región ocurrió a fines de mayo y principios de junio, y desde entonces no ha habido suficiente precipitación en las zonas altas», dijo Navarro en diálogo con el portal RLC Noticias. Esto se debe a que el fenómeno de La Niña tiende a reducir las precipitaciones en la región, lo que agrava la situación hídrica.

A su vez, Gonzalo Ratner, director de Gestión de Riesgo y Protección Civil de la Municipalidad de Rosario, aclaró que esta bajante no es inusual en períodos de lluvias escasas, pero advirtió que la situación podría mantenerse durante los próximos meses. «Se esperan lluvias por debajo de lo normal y temperaturas por encima del promedio en el próximo trimestre, lo que mantendrá al río por debajo del metro de altura», explicó. Esta situación no solo afecta a la navegación comercial, sino que también aumenta los riesgos de accidentes para quienes navegan en aguas más superficiales. Ratner recomendó extremar las precauciones y mantener una distancia prudente de la costa debido a la presencia de troncos, rocas y raíces de árboles expuestas por la bajante.

Otro factor de preocupación es el aumento del riesgo de desmoronamientos en las barrancas costeras. La falta de presión de agua sobre las barrancas, según Ratner, incrementa la posibilidad de colapsos en algunas zonas, lo que representa un peligro para los habitantes y turistas.

Foto: Juan José García

Asimismo, las áreas habilitadas para bañarse en el río también se han reducido, lo que aumenta el riesgo de ahogamiento debido a los descensos abruptos en la profundidad. Las autoridades locales instan a la población a bañarse únicamente en zonas señalizadas y respetar las advertencias para evitar accidentes.

Con esta baja sostenida en el nivel del Paraná, Rosario y sus alrededores enfrentan un desafío no solo ambiental, sino también económico y social, mientras la región se prepara para afrontar los próximos meses con medidas preventivas.