Alarmas en silencio, encendieron los reclamos de los vecinos tarragoneses que advierten ante un silencio estatal
Alarmas en silencio, encendieron los reclamos de los vecinos tarragoneses que advierten ante un silencio estatal
El martes explotó un complejo petroquímico de Tarragona, en el noreste español y la polémica crece en torno trágico hecho que dejó dos muertos y ocho heridos, uno en estado crítico y otro con quemaduras de gravedad.
Las razones de lo ocurrido aún no están claras y sólo se sabe que se produjo en el tanque de la empresa Industrias Químicas de Óxido de Etileno.
Es el segundo complejo petroquímico más grande de Europa y alrededor de el terreno viven trescientas mil personas. Una de las víctimas falleció tras entrar una bola de fuego en su edificio, situado a varios kilómetros de distancia.
Líderes vecinales como Ángel Juárez, presidente y fundador de Mare Terra Fundación Mediterrània, que lleva décadas denunciando las lagunas de seguridad en la zona, creen que la tragedia pudo ser mucho mayor.
«Si a cinco kilómetros de la empresa accidentada llegó un proyectil de la explosión, un trozo directamente, imaginaos lo que podría ocurrir en otros casos en los que la explosión pueda ser mucho más grave. Estamos viviendo cerca de un polvorín«, explicó en una entrevista para euronews.
Las autoridades ordenaron la evacuación de hasta siete municipios y descartaron la aparición de una nube tóxica, pero la cuestión reside en que las sirenas de alarma permanecieron mudas y el pánico azotó a los miles de vecinos que no sabían qué estaba pasando.
«El problema es que hay mucho miedo a la transparencia, al alarmismo, a que la gente pueda entrar en pánico, cuando realmente están equivocados: el pánico comienza cuando no hay información correcta o cuando hay una falta de credibilidad» comentó Juárez.
Ángel Juárez, interpeló en numerosas ocasiones a las autoridades para que se mejoren los protocolos de seguridad, recordó que no es la primera vez que ocurre un accidente en este complejo.
Además, sumó que a los fallos del sistema de alerta se suman riesgos ligados al funcionamiento de las propias empresas petroquímicas, como la reducción del personal, el alargamiento de los turnos o la falta de especialización de las subcontratas.