La inflación volvió a golpear con fuerza en agosto. La medición del Indec trepó al 3,9% y consolidó el traspaso de la corrida bancaria a los precios, según la nueva estadística que publicó el órgano oficial en la tarde del jueves. Impulsada por la nueva disparada del dólar, la inflación registró un nuevo récord y superó el 3,7% de junio. Con el nuevo dato de agosto, el incremento de precios ya acumula un crecimiento anual del 24,3.
En este contexto, CLG dialogó con Juan Marcos Aviano, director ejecutivo del Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (Cesyac) y Juan Milito, titular del Centro Unión Almaceneros, quienes analizaron las causas del vertiginoso aumento y el porvenir en los próximos meses.
«Todas las proyecciones indicaban que iba a ser uno de los meses más complicados del año. Se esperaba este valor», se sinceró Aviano, y agregó: «el impacto de la devaluación de los últimos cuatro meses ya está patente».
A su vez, el director del Cesyac aseguró que lo que más impacta en el bolsillo de la gente son los alimentos y los servicios: «En los alimentos la incertidumbre es mayor porque cuando las personas van a los supermercados no saben lo que van a encontrar en las góndolas. En cambio, en los servicios, el Estado tiene información y le da a los ciudadanos la posibilidad de enterarse acerca de qué va a pasar».
Por su parte, Milito expresó que más allá de los datos de agosto difundidos en la tarde del jueves, «el problema real» comenzó este mes cuando empezó a notarse en las góndolas la corrida del dólar y la devaluación. «Las grandes marcas han aumentado sus precios un 12%. La línea Coca Coca lo hará a partir del próximo viernes y Pepsi a partir del lunes. Algunas se animaron a subir sus productos hasta un 15%», relató el titular de los Almaceneros.
«Del 1 de enero hasta el 31 de agosto venimos registrando un aumento en alimentos, bebidas y limpieza del 32%», afirmó Milito.
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Los precios al consumidor (#IPC) subieron 3,9% en agosto de 2018 respecto de julio y acumularon un alza de 24,3% desde enero https://t.co/mWmVjvlKy4 pic.twitter.com/4QWyP9l0JD— INDEC Argentina (@INDECArgentina) September 13, 2018
Diferencias entre Rosario y Buenos Aires
Las mediciones del valor interanual de la inflación no son las mismas en todos los puntos del país. Según detalló Marcos Aviano, la situación de Rosario es muy diferente a la de Buenos Aires.
«Aquí el interanual está en 32,6%, mientras que en la capital del país se sitúa en 45 puntos, según nuestras estimaciones. Por lo tanto, podemos afirmar que la inflación de este año en Rosario superará los 30 puntos, pero no podemos confimar con certezas que estará encima de los 40», manifestó quien es licenciado en Ciencias Políticas.
En el mismo sentido, continuó: «En cambio, en Buenos Aires si pasará la barrera de los 40 puntos debido al impacto del brutal aumento de los transportes públicos, los alquileres y el tema tarifario porque en CABA había retrasos en los montos en comparación con el resto del país».
«Hoy, tirar números es difícil. Cuando comenzó el año las estimaciones indicaban una inflación menor a la del año pasado, pero terminará siendo superior», explicó.
Futuro más que negativo
Pero eso no es todo. Los especialistas afirman que, ante la situación que se vivió en agosto con una disparada del dólar que alcanzó los 40 pesos, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) continuará creciendo y a mayores escalas.
Para Juan Milito, «lo peor está por venir», ya que «el índice de septiembre será muy superior al de agosto, superando el 7% por ciento en alimentos y limpieza».
«La corrida cambiaria se sigue trasladando a precios y esto lleva a una retracción de consumo muy importante. La gente no se lleva más mercadería en el marco de la especulación, sino que compra lo mínimo para su subsistencia», detalló con preocupación el dirigente, y agregó: «No se pueden naturalizar estos aumentos porque liman los ingresos de la gente y así empeora la calidad de vida de los ciudadanos».
Asimismo, Aviano señaló que «lo que se espera es muy negativo» porque el incremento de agosto «no es por la devaluación del mes pasado, sino por lo sucedido a fines de abril y principios de mayo».
«La devaluación de los segundos quince días de agosto va a impactar hacia octubre y noviembre. Este 3,9 tiene muy poco de la escalada del dólar a 40 pesos», puntualizó el economista.
Según el director ejecutivo, se agudizará cada vez más el problema en los próximos meses: «En septiembre aumentará el precio mayorista de la electricidad, tal como lo anunció el gobierno; en octubre habrá que ver que sucede con el gas y las preparas, mientras que el precio de los combustibles se seguirá moviendo; en noviembre se hace el ajuste anual de los alquileres con aumentos que oscilarán entre un 25 y 30 por ciento y en diciembre todo aumenta por las fiestas». Así, la situación seguirá siendo compleja.