Por Diego Carballido
Ya funciona en la ciudad una experiencia innovadora para apoyar emprendimientos informales o que necesitan de una ayuda económica que les permita ampliarse en su negocio. La escuela de género Juana Azurduy, en coordinación con otras organizaciones como la ONG Mujeres Tras las Rejas, la Multisectorial de Solidaridad con Cuba y agrupaciones con presencia en los barrios, han lanzado el primer Banco de Microcréditos que apoya a pequeños emprendimientos pidiendo como contraprestación capacitación en género y marketing.
Graciela Rojas forma parte de Mujeres Tras Rejas y es una de las ideólogas de esta iniciativa. En diálogo con CLG, explicó que los créditos están pensado para el público en general, aunque aclara que: «En la actualidad, las mujeres entran en una mirada desalentadora y existe una feminización de la pobreza. Si a eso, le sumamos la ausencia del Estado para brindar ayuda a estas mujeres, prácticamente se convierten en uno de los sectores más vulnerables de la sociedad», y agregó: «Los microcréditos son abiertos, pero los creamos pensando en la vulnerabilidad de estas mujeres”.
Los créditos se van a gestionar en el Centro Cultural QTP de Richieri 340 y van a rondar entre los 3.000 y los 15.000 pesos. Para la devolución de estos microcréditos se eligió la modalidad de pago semanal, porque según Rojas: “La rueda económica del público al cual apuntan los microcréditos trabajan con una economía que se sustenta de esa manera, y les resulta más fácil la devolución semanal en lugar de juntar una cifra mayor mensualmente”.
En las garantías necesarias para acceder a estos microcréditos, que estarán sustentados por la Conami (Comisión Nacional de Microcréditos), también se encuentra otra particular a la que definen como “créditos de honor”. «Es un crédito sin garantías, con montos relativamente bajos que se terminan devolviendo entre 16 y 50 semanas”, apuntó.
En la devolución existe otra de las innovaciones de esta iniciativa económica. Rojas sostiene que se trata de una “doble capacitación” que todos aquellos que acceden a los microcréditos deberán realizar: “Por un lado, relacionada con marketing y la presentación de los productos para ayudar en la organización de la venta de las producciones, alentando a que se unan entre sí emprendimientos con productos similares. Y por el otro lado, una capacitación en género para empoderar y establecer derechos de igualdad, ayudando a visibilizar aquellos recursos simbólicos que las mujeres pueden desarrollar en este contexto social y en esta realidad de mercado”.
Durante la primera semana de septiembre se realizó la charla lanzamiento del Banco de Microcréditos junto con los primeros destinatarios de este novedoso incentivo económico. Al respecto, Rojas concluyó: «La idea es ampliar la cantidad de beneficiarios, pero vamos a ir despacio».
