Espectáculos

Comics

Crack Bang Boom: el dibujante Alan Davis y su conexión con Rosario


Con motivo de la 9ª edición del festival Crack Bang Boom, esta semana visita Rosario Alan Davis, escritor y dibujante historietista inglés reconocido por trabajar en el mercado americano con las principales franquicias de superhéroes. Cuando se lo llamó para invitarlo a la ciudad, Davis pidió ayuda para averiguar datos acerca de sus antepasados rosarinos.

Dueño de un estilo casi renacentista y vertiginoso, Alan Davis -62 años- es un maestro que inspiró a generaciones y cuya onda expansiva sigue hasta hoy. Entre sus obras más salientes, que destacan la anatomía de los personajes, aparecen los X-Men, Justice League y Avengers, además de haber estado en la gesta de personajes como Miracleman y Captain Britain. Sus trabajos actuales están íntimamente relacionados a los últimos y exitosos tanques cinematográficos de Marvel y Disney.

En el marco del festival que se inició este jueves, Alan Davis llegó a Rosario con una gran expectativa, porque hace poco tiempo confirmó lo que era un mito dentro de su familia: su abuelo materno, Frank Noel, había nacido en la Argentina, precisamente en la Cuna de la Bandera, en 1892.

“Mi padre y su familia son todos de Irlanda. Mi madre nació en Gales. Poco tiempo después de casarse se mudaron a un pueblo pequeño cerca de Northampton, en las Midlands de Inglaterra. Es un pueblo de inmigrantes escoceses, irlandeses, polacos y yugoslavos”, cuenta Davis a los organizadores de la Crack Bang Boom. “Sé muy poco sobre cómo o por qué la familia de mi madre fue a Rosario, así que no tengo idea de si aún tengo familiares viviendo en el área. Sabemos que mi abuelo y su hermana Annie pasaron sus años finales en Gran Bretaña -en Gales para ser exactos- pero hasta ahora fuimos incapaces de descubrir qué pasó con mi bisabuelo y el resto de la familia. Mi abuelo le contó muy poco a mi madre y sus hermanos sobre su vida. Hasta hace dos años, cuando mi hijo investigó el árbol genealógico familiar como un regalo para mi cumpleaños 60, la noción de que mi abuelo había nacido en la Argentina era vista como un mito familiar”,

Eran tiempos convulsionados. Por entonces, en dos décadas Rosario pasaba de ser un pueblo a ciudad portuaria. En 1890 la ciudad tenía 50 mil habitantes y un 40 por ciento eran inmigrantes. La economía crecía por la exportación de granos y construcción de ferrocarriles. Y tiene sentido que los bisabuelos de Davis hayan llegado a Rosario.

“En un censo de 1911, los hermanos de mi abuelo aparecen como ‘Residentes Sudamericanos – Sujetos Británicos por Paternidad,’ lo que sugiere que mantuvieron un nexo con Sudamérica. Esto reforzado por el hecho de que hasta ahora no pudimos encontrar ningún otro registro en Gran Bretaña y mi abuelo no mantuvo contacto con ellos. Mi abuelo registró residencias temporales en muchos de los puertos más importantes del mundo. Es probable que sus hermanos hicieran lo mismo. La familia era de marineros nómades. El único hecho cierto es que pasaron un tiempo en Rosario y todos los niños nacieron en Sudamérica, quizás Rosario, así que es posible que uno o más haya echado raíces y haya vuelto después de sus viajes. Aunque sé que es difícil de probar», agrega.

Mediante una investigación del Museo de la Ciudad a través del trabajo de Fabián Birbe, coordinador de actividades culturales, e Ignacio Lardizábal, historiador del Museo, se reveló que efectivamente el abuelo de Davis y sus hermanos varones nacieron en Rosario. Se sabe de la llegada de Frank A. Noel, su esposa Louise y la hija de ambos, Anne, a Argentina, el 15 de Julio de 1885 a bordo del buque Cástor, proveniente de Liverpool, y que Frank padre (bisabuelo de Davis) trabajó en el Ferrocarril Central Argentino. El rastreo de los datos no termina ahí. Los registros de la iglesia Anglicana dan cuenta de que en 1887 fue bautizado el hermano mayor de los tres, Thomas. Y en la iglesia Metodista fue bautizado Harry en 1889 y finalmente, en 1892, Frank (hijo), el abuelo materno de Alan Davis.

Este jueves por la mañana, Davis visitó el Museo de la Ciudad como primer punto de su agenda de actividades en Rosario. Allí, Ignacio Lardizábal le dio detalles de los datos averiguados que entregó junto a Fabián Birbe. Davis estaba conmocionado por los resultados y por poder recuperar parte de su historia familiar a través de esta investigación.

El hombre que quería ser carpintero

Podría decirse que Alan Davis es un genio autodidacta. “Mi ambición era ser carpintero pero la industria entró en recesión el año que dejé la escuela, así que trabajé en un depósito (manejando auto-elevadores) durante nueve años. Nunca fui a la universidad ni tuve ningún entrenamiento como ilustrador, pero dibujar fue siempre un hobby. No tenía ninguna ambición de trabajar en cómics, sólo tuve la suerte de estar en el lugar y el momento correctos”.

Este talento profesional encuentra su contrapunto en su definición como un hombre de su casa y su familia: “Como dibujar es un trabajo peligrosamente sedentario, en mi tiempo libre hago caminatas, natación y cuido toda la jardinería y mantenimiento de mi casa”, suma Davis, padre de un varón y una mujer, y abuelo de una niña y un niño.

“Raramente viajo a convenciones sin mi esposa, pero la coincidencia de ser invitado a Rosario sólo meses después de descubrir que mi abuelo había nacido ahí parecía irresistiblemente destinada. La próxima vez volveré con ella a la Argentina pero ahora quisiera investigar todo lo posible sobre mis antepasados y Rosario”, concluye el dibujante.

Así, a la par de participar de la convención de historietas, Davis visita Rosario para cumplir una de las hazañas más arriesgadas para cualquier superhéroe: cerrar el círculo de su historia personal, que se abrió en 1885 cuando el Cástor amarró en el puerto de Rosario.