María Dora Garro, una mendocina de 71 años, fue dada por muerta y su familia enterró otro cuerpo, porque 24 horas después del sepelio le comunicaron que no había fallecido
Insólito e increíble. El caso de María Dora Garro no tiene precedentes similares. Ella es una mendocina de 71 años que el pasado jueves fue dada por muerta luego de haber ingresado el martes a la clínica Santa María de Mendoza capital. Todo era pesar y dolor tras recibir la peor noticia. Sin embargo, la familia de la anciana fue comunicada horas más tarde que la mujer enterrada no era la abuela. Tras conocerse esto, denunciaron el doloroso episodio y repudiaron el accionar de los doctores. “Nos dieron un ataúd cerrado y solo pudimos estar en la morgue unos minutos”, relató aún en shock y “todavía muy mareado por los nervios” Jorge, hijo de la mujer.
«El jueves a las 01:30 recibimos el llamado con la noticia de que mi abuela había fallecido y en su acta de defunción dictaba fallecida por covid-19, entre otras cosas. Con todo el dolor del alma ese mismo día a las 15:30 la enterramos, sufriendo el trauma y el dolor de esa situación», escribió Shirley Hernandez, nieta de María Dora. Renglón siguiente, contó: «Este viernes a las 15 volvemos a recibir un llamado de la clínica, diciendo que mi abuela está viva, pidiendo por sus hijos. Por tal motivo y con extrema urgencia, se dirige mi tío a la clínica a reconocer si verdaderamente mi abuela estaba viva. Efectivamente y a Dios gracias, mi abuela vive».
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La mujer de 71 años está bien y sigue internada. Ahora la familia busca trasladarla ya que advierten la negligencia de la clínica Santa María. «Mi abuela es una paciente de riesgo, necesita cuidados», denunció Beatriz, otra de sus nietas, ante los medios y agregó a Diario Uno: «Queremos sacarla de acá y llevarla a otro lugar».
Frente al llamado que daba con vida a María, uno de sus hijos pudo ingresar y constatar la realidad. “Su mamá está viva y pide a los gritos ver a sus hijos”, escuchó Jorge en su teléfono el viernes por la tarde, por eso no dudó y viajó a la clínica.
Con el contexto de pandemia, la mujer internada el pasado martes fue hisopada con resultado negativo. De todas formas, el error marcó que su «muerte» indicó injerencia de coronavirus, pero como la mujer está viva, luego de otro testeo volvieron a comprobar que estaba libre del virus.
Ingresó con dolores en el pecho y terminó «muerta»
El pasado martes a la madrugada, María Dora Garro, paciente de Pami, de 71 años sintió un dolor fuerte en el pecho y fue internada, ya que es paciente de riesgo por su edad y por ser diabética. Ese mismo día le hicieron un hisopado que dio negativo. «Nos dijeron que tenía neumonía pero el hisopado por coronavirus dio negativo. Hablamos un poco con ella pero no le habían dado los medicamentos para la demencia, así que estaba muy perdida. El médico nos dijo que la estaban tratando con antibióticos y evolucionaba bien», detalló su nieta Beatriz sobre los primeros días de la internación.
48 horas más tarde, un llamado llegó a la familia de Garro en el que manifestaban que la mujer había fallecido tras un paro respiratorio y recibieron un certificado de defunción en el que indicaba, en contrapunto con el primer testeo, la presencia de Covid-19. Por los protocolos, no pudieron ver el cuerpo y la tarde del jueves fue enterrada.
El viernes el llamado anoticiaba a los allegados de su vitalidad. «Nos dijeron que se trató de un error humano, que se había muerto una mujer y como mi abuela estaba perdida no podían constatar su identidad», señaló la nieta.
Sin embargo, N/N
Para la Justicia Dora figura como muerta y ahora es considerada N/N. “Estamos viendo con abogados toda esta situación. Por el momento estamos haciendo el trámite de vida que corrobore que mi mamá no está muerta”, concluyó Jorge según el portal Los Andes.